Los biodigestores son desaprovechados en Yucatán

Si bien es cierto que las mayores acciones para combatir el cambio climático están en el consumo personal, Yucatán está desaprovechando el potencial de las más de 115 granjas porcícolas ubicadas en su interior, pues de ahí podrían utilizarse biodigestores que generen energía suficiente para un municipio pequeño, compartió el doctor Omar Masera Cerutti.

El académico participó en el Séptimo Congreso de la Facultad de Ingeniería Química (Confiq) con la ponencia denominada “Estrategias para mitigar el cambio climático: una mirada crítica desde Bioenergía”, donde reiteró el llamado hecho por activistas ambientales: el tiempo para actuar en pro del medio ambiente se está acabando.

De no hacerlo en los próximos años, las consecuencias serían: incendios, sequías, olas de calor, pérdida de biodiversidad, inundaciones, tormentas y huracanes, derretimiento glacial, y aumento de enfermedades como malaria, dengue, fiebre amarilla, zika, entre otras.

En particular México, dijo, debe estar muy consciente y ponerse a hacer acciones muy concretas, ya que es el doceavo emisor a nivel mundial con 600 millones de toneladas de dióxido de carbono anuales, lo que representa el 1.4 % de las emisiones mundiales.

Asimismo, detalló que el 93 % de la energía que se consume viene a partir del uso de combustibles fósiles, por lo que, de cumplir con el Acuerdo de París, se espera una reducción del 22 % al año 2024.

Por lo anterior, el investigador recomendó a los jóvenes y futuros profesionistas reducir el consumo de energía, usar dispositivo de bajas huellas de carbono, descentralizar el abasto de energía y promover las energías renovables. “Lo que se trata no es nada más de pasar a energías renovables, realmente tenemos que bajar la mitad de nuestro consumo a través de tres principios: reciclar, reducir y reusar”.

Cambiar el estilo de vida

Maseru Cerutti reconoció que en esta reconfiguración para mitigar el cambio climático se tocarán muchos intereses, sobre todo de quienes son adictos a los refrescos de cola y hamburguesas, ya que al reducir su ingesta se puede lograr una vida más saludable y acciones concretas.

“En Estados Unidos el consumo de hamburguesas lleva 700 toneladas de CO2 equivalentes, es de las peores en la huella del carbono. Por eso ahora el cambio de dieta también está contemplado en estas acciones. No se puede dejar de comer, pero por lo menos debemos reducir su consumo”, dijo.

Según cifras oficiales el 30 % de la comida del mundo se desperdicia, por lo que antes de hablar de producir más se tiene que pensar en aprovecharla mejor.

Desperdicio en Yucatán

Aunque comentó no contar con los datos exactos de las granjas porcícolas que cuentan con biodigestor, consideró que esta es un área importante para trabajar y puede ser promovida a través de incentivos para que se operen a largo plazo, a fin de que pequeños productores puedan generar parte de su energía de manera verde.

La cantidad de ésta depende del tamaño de las granjas, pero sí podría abastecer por lo menos la iluminación de los pequeños municipios.

“Eso se ha hecho mucho con los rellenos sanitarios. Es una pequeña acción, pero algo del potencial de empezar a trabajar sobre las energías verdes”, expresó.

Entre las causas por las cuales no se ha puesto en marcha esta medida se encuentra el desconocimiento, o muchas veces estas tecnologías sirven a corto plazo, pero necesitan un mayor costo de inversión, pero de hacerlo también se evitaría la contaminación del manto freático.

Texto: Jesús Gómez
Fotos: Jesús Gómez / Cortesía

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