Los cochistas

Everardo Flores Gómez

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¿Quiénes son los cochistas y por qué se les llama así? Los cochistas son las personas que practican el cochismo, entendido este como una actitud que privilegia, sobre todas las cosas, el uso del automóvil particular. Para ser cochista no basta con ser automovilista, de hecho, se puede ser cochista sin necesidad de tener auto o incluso sin necesidad de saber conducir uno. Algunos especialistas definen a los cochistas como personas en situación de coche.

El cochista es esa persona que va a exceso de velocidad sin considerar que en las calles también circulan ciclistas y peatones que se mueven a menor velocidad y que son completamente vulnerables en comparación con los automovilistas, pues no tienen la protección que les otorga una estructura metálica con más de mil kilogramos. Los cochistas son quienes se molestan cuando se instala una ciclovía “porque le quita espacio al automóvil” o cuando se invierte en transporte público o se construye un carril confinado para los buses “porque van vacíos” y “en ese espacio podrían circular los coches”. El cochista es quien se molesta cuando se le pide que pague su estacionamiento, cuando se le hace ver que la gasolina está subsidiada y que ese subsidio podría utilizarse para alguna de tantas prioridades del país, al cochista le parece normal y necesario que se construyan más calles, más pasos a desnivel, otro periférico, puentes antipeatonales. El cochista odia los pasos peatonales a nivel de calle, los semáforos, los topes, el transporte público, a las bicicletas y todo aquello que le haga pisar el freno y reducir la velocidad. Los cochistas odian el tráfico sin entender que ellos son el tráfico.

Hay que señalar, un poco en descargo de los cochistas, que la ideología cochista nacida hace poco más de cien años con la producción en masa del automóvil particular, y más intensamente después de la segunda guerra mundial, se ha encargado de manipularnos desde niños para amar a los autos y a la velocidad. El culto al automóvil ha modificado nuestras ciudades por entero y nuestras maneras de pensar por lo que es hasta cierto punto lógico que algunas personas no consigan comprender el activismo por la movilidad sostenible.

Quienes promovemos el uso de la bicicleta pensamos que, si bien es terrible que sigan existiendo personas cochistas, es catastrófico que sigan existiendo ciudades con autoridades cochistas que gobiernan con criterios cochistas a pesar de lo que dicen las leyes de promover en primer lugar los desplazamientos sostenibles.

Que nadie se confunda. El automóvil es un gran invento, es legítimo trabajar duro o incluso endeudarse por años para comprar uno. Es difícil en nuestras ciudades cochedependientes contradecir a quien te dice que el automóvil es un artículo de primera necesidad. La crítica está dirigida no a quienes tienen auto y lo usan racionalmente, sino a quienes no reconocen que tener un automóvil, además de ser un privilegio, implica una responsabilidad, que debe protegerse a los más vulnerables, que debemos ser empáticos, que la calle se comparte, que antes que automovilistas todos somos peatones. No seamos cochistas.