Marea humana casi revienta a Progreso

Desde temprano llegan los vacacionistas para disfrutar de un domingo playero. Familias se dan un chapuzón. El kilogramo de pescado frito se vende entre los 150 y 200 pesos

Notoria afluencia de paseantes se registró ayer domingo en las playas de Progreso y comisarías, cuando un significativo número de 15 mil visitantes llegó a disfrutar de la brisa marina, el mar, la arena y el intenso sol que invitaba a mantenerse hidratado.

El clima que predominó este día fue cálido, pero alrededor de las 12:00 horas el astro rey fue opacado por las nubes que presagiaban tormenta del sureste.

Miles de visitantes llegaron al puerto de Progreso en busca de pasar un domingo playero en familia, desde temprana hora buscaron palapas, sillas, sombrillas y camastros en renta o simplemente tiraron una toalla en la arena.

Marina Canul, Concepción Tzec y Mario Cutz, originarios de Komchén, dijeron que llegaron a la playa desde temprano y a su manera improvisaron sus toldos de manta, con el apoyo de palos que ataron a los alijos, e incluso colgaron su hamaca.

Catalina Balam y Carlos Pech, originarios de Becal, Campeche, disfrutaron del mar en este puerto; la familia compró una sombrilla en 400 pesos en lugar de rentarla, tendieron unas toallas en la arena y comieron pescado frito que compraron en el Mercado Municipal.

La pareja se dio un chapuzón en el mar, pero lamentó la falta de sanitarios, depósitos para basura y la falta de funcionamiento de las regaderas del malecón.

Óscar Tello, Luis Canto y Alan Flores, jóvenes originaros del Estado de México, llegaron para disfrutar de las vacaciones de verano, rentando camastros, sombrillas y el servicio de un restaurante-bar.

Algunos otros veraneantes llegaron al puerto le dieron buenas ganancias a las agencias y expendios de cerveza, que tuvieron un intenso movimiento durante todo el día.

Las zonas restauranteras tuvieron intenso movimiento, inclusive en algunas horas los estacionamientos y las mesas estuvieron llenas y fueron cerrados mientras las personas disfrutaban sus alimentos.

El kilo de pescado se vendió entre los 150 y 200 pesos, y en los ceviches, la orden de camarón estuvo a 200 pesos por ración en la playa.

La vigilancia estuvo a cargo de los cuerpos de auxilio y vigilancia, como se dijo, las regaderas que hay sobre el malecón todas están fuera de servicio.
Los que se bañaron en el mar tuvieron que pagar 30 pesos por servicio de regaderas en lugares públicos cercanos a las playas para después poder abordar taxis y autobuses públicos para retornar a casa.

También se pusieron dos tarimas en los dos malecones del puerto con música viva, y desde luego una gran venta de cerveza en ambos espectáculos patrocinados por conocidas marcas.

Texto y fotos: José Luis Chavarría

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