Marvel: separando cómic de película

Por Gerardo Novelo

Cuando Marvel  creó la línea Ultimate durante la primera década del milenio, lo hizo con una intención muy clara: ofrecer las mismas historias que llevaban décadas vendiendo, pero a una audiencia nueva con comportamientos de consumo diferentes.

En ese entonces la línea principal del gigante de cómics era auténticamente monstruosa para el nuevo lector. Docenas de cómics salían al mes, todos con números intimidantes. ¿Quién se atrevería a leer una historieta con un número de tres cifras en la portada? Sería imposible leer los cientos de capítulos que salieron antes.

Claro, no era necesario comenzar desde el principio, pero el nuevo lector no sabía eso.

Entrar a una tienda de cómics era ser bombardeado con más contenido del que uno podría
consumir. Parálisis de decisión, le dicen. Algo así como pasar horas buscando algo que ver en Netflix, nunca escogiendo nada por el aparentemente infinito catálogo.

Así que Marvel simplificó su oferta con la línea Ultimate. Spider-Man, X-Men, Fantastic Four y Avengers (o Ultimates, como se llamaron en este universo). Empezaron desde cero, en una nueva línea temporal, sin el bagaje de décadas de publicación que tanto intimidaban al pobre nuevo lector.

El Universo Ultimate fue en muchas formas una versión modernizada y simplificada de la continuidad normal. Las diferentes series repasaban versiones más compactas de los orígenes de siempre y las más populares historias.

Eventualmente, el Universo Ultimate dejó de rehacer material clásico. Con unos cuantos años de publicación bajo su cinturón, ya habían creado una continuidad con su propia historia, similar pero separada a la estándar.Las historias se descarrilaron y la línea se convirtió en un sandbox para que los escritores saquen su lado creativo y experimenten con personajes que usualmente pasan décadas estáticos.

No es difícil ver los paralelos entre el Universo Ultimate y el Universo Cinematográfico
Marvel. Son versiones adaptadas de la continuidad principal de cómics, pero modernizadas y simplificadas para una nueva audiencia. Y, como el Ultimate, la continuidad de las películas ya empezó a tomar su propio rumbo.

Se nota en particular en las películas de Spider-Man. Aunque adaptan personajes y
situaciones nacidas en los cómics, el MCU ya tiene una década de bagaje para servir como inspiración sin tener que recurrir al material original. Sospecho que de ahora en delante empezaremos a ver mucho más de eso.

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