Más de un siglo de historia y sigue vigente

El homeópata José Castro crea un ungüento microbicida en 1910, que autoriza la Junta Superior de Sanidad y que durante más de un siglo alivia dolores de muelas y cólicos intestinales

Junto con el Bálsamo Escalante, el del Dr. Castro, que sigue disponible en la actualidad, fueron de los productos más populares en las farmacias de la Mérida de antaño.

El Bálsamo del Dr. Castro, es un producto centenario de origen natural que por sus grandes beneficios ha sido utilizado como alivio para diferentes malestares por generaciones y generaciones de habitantes de la Península de Yucatán.

Desde el año de 1910, la honorable Junta Superior de Sanidad aprobó el uso del ungüento microbicida del doctor Castro, y en octubre 25 de 1923, patentó la fórmula del bálsamo con el número PAT23158.

Desde sus primeros años de existencia estos productos, elaborados con diversas esencias naturales en el caso del bálsamo, y productos también naturales en esencias y pinturas en el ungüento, han logrado aliviar infinidad de diversos, quizá pequeños, pero sí muy molestos problemas de salud que aquejaban a las personas de entonces en la región peninsular cuando no existía la aspirina el mejoral o el alka-seltzer.

Por ejemplo, 16 gotas del bálsamo en medio vaso de agua es la fórmula recomendada para el cólico intestinal o menstrual, ni qué decir del dolor de muelas que se mitiga al colocar un pequeño algodoncito embebido con bálsamo e introducido en el edificio de la caries y además un poco de la misma solución aplicada en la zona facial externa del área de la pieza adolorida.

Su elevado índice de ventas era notable y su fama llegó a toda la Península y a los estados de Chiapas y Veracruz, lugar al que en tiempos de la Primera Guerra Mundial, su creador y fabricante, el Dr. José Castro Zetina, se fue a radicar con la intención de tener más acceso a la materia prima, productos naturales que provenían en buena parte de Europa y China.

Nacido en Ciudad del Carmen el 19 de marzo de 1882,  y registrado en Campeche, el Dr. Castro, quien era médico homeópata, llegó promocionando su producto a Halachó, donde conoció a quien fuera su esposa, la profesora Desideria Castillo Sánchez, quien recién había recibido su nombramiento de manos del gobernador de Yucatán, Enrique Muñoz Aristegui.

Ya con su esposa, la familia se trasladó a Mérida, donde procrearon a cuatro hijos además de que continuaron con la fabricación y venta del bálsamo y el ungüento.

Aunque la familia radicó un tiempo en el puerto de Veracruz por la situación antes descrita, en 1926, retornó a la capital yucateca para afianzar su producto en el gusto del público que encontraba y sigue  encontrando en él, alivio a dolores de muelas, musculares y cólicos.

El Bálsamo del Dr. Castro, que de acuerdo a su sitio de Facebook, en la actualidad se distribuye a través de conocida farmacia y se envía a todo México a través de Mercado Libre, también es utilizado para el pie de atleta, para aplicar en la zona de calambres o en donde haya picaduras de mosquito y hasta para relajarse y evitar el estrés por el home office a través de la aromaterapia, mientras que en estas épocas de heladez que traen los frentes fríos, también es de mucha ayuda para los dolores y las reumas.

PATENTES

El doctor José Castro Cetina falleció el 5 de septiembre de 1958 y dejó en herencia a sus cuatro hijos sus bienes y propiedades así como lo más valioso sus marcas y patentes además de las fórmulas de sus innovadores productos.

Importante es destacar que el 25 de marzo de 2015, el Centro Cultural Prohispen otorgó un reconocimiento a las familias Castro Cetina y Castro Castillo por haber cumplido más de una centuria de elaborar el bálsamo y el ungüento del doctor Castro.

Texto: Manuel Pool Moguel

Fotos: Cortesía

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