La investigadora urbanista de la Universidad Autónoma de Yucatán, María Elena Torres Pérez, manifestó que la ciudad de Mérida se desarrolla con reglamentos del siglo pasado y por eso la ciudad no es incluyente con los ciudadanos.
En entrevista, la especialista mencionó que el reglamento de construcción de la ciudad marca que las dimensiones de las aceras son las mismas que hace más de 50 años, aun cuando las situaciones cambiaron y ya no es el mismo parque vehicular, ni la misma cantidad de gente. “Nosotros lo que creemos es que deben evaluarse los reglamentos y revisar que sean acordes. Te voy a poner un ejemplo: en la época fundacional se construyen las calles y las aceras y la hacen de un tamaño de entre 10 y 12 metros de ancho, por lo que esa calle establecida en la época fundacional es la misma calle de la ciudad de Mérida en 2016”, explicó.
“Yo me pregunto si el parque vehicular es el mismo, la cantidad de peatones es el mismo, o la de mobiliario urbano, porque también las aceras llevan basureros, paraderos, una rampa, señalética y entonces donde caminan las personas. Es una incongruencia que digan que es una ciudad incluyente, cuando no le permites a la gente utilizar los elementos como deben de ser”, agregó.
Aseguró que estas incongruencias desembocan en accidentes cada vez más frecuentes, ya que al no haber espacio en las aceras, la gente tiene que andar por el arroyo vehicular, bajo el riesgo de que los atropellen, por lo que al final todo tiene que ver con la reglamentación.
“En definitiva hay que revisar la reglamentación, porque incluso los desarrolladores de los nuevos fraccionamientos, se basan en la norma, que no está de acuerdo a la realidad. Si queremos que la ciudad tenga un desarrollo sostenible, tenga habitabilidad adecuada y un buen nivel de calidad de vida, no podemos seguir con estas normas”, sostuvo.
Además criticó el poco interés de las autoridades por conservar los vestigios históricos de la ciudad, ya que la construcción de Vía Montejo en el norte de la ciudad en detrimento del espacio que antes ocupaba la siderúrgica yucateca es una muestra de que no hay memoria histórica al momento de desarrollar los espacios urbanos.
