Mérida y Yucatán crecen de forma desordenada

Vecinos de Algarrobos, Manantiales, Cocoyoles, Santa Gertrudis Copó y otras privadas ubicadas por el área de La Isla no quieren más construcciones de fraccionamientos en la zona.

“El número de habitantes ha crecido de tal manera que se requieren de hasta 35 minutos para pasar el Periférico hacia City Center, esto por los embotellamientos que se forman, por lo que demandan de la construcción de un distribuidor vial”, dijo el antropólogo Sergio Grosjean en el marco de una entrevista radiofónica.

“Las autoridades han autorizado el funcionamiento de comercios que no tienen estacionamiento y que ocupan para tal fin las avenidas, y no sólo es en esta zona sino también en lugares como Itzimná, donde empleados de las oficinas que funcionan en los alrededores del parque dejan allá sus vehículos sin preocuparse siquiera de respetar los hidrantes”, comentó el también prestigioso espeleólogo, quien recalcó que todo esto ocurre ante una impunidad total.

“Ahora que están inventando impuestos, que sube el predial y que se cobra el reemplacamiento debiera aplicarse multas para educar a quien se estaciona en lugares inadecuados y en los que hasta podría provocar un accidente”, subrayó.

En la entrevista que este sábado condujo José José Luis Preciado también se abordó el tema del crecimiento desordenado que esta experimentando tanto Mérida como municipios cercanos, esto motivado dijo, por la manera irresponsable en la que las autoridades han promocionado a la entidad.

“Todo esto nos lleva a situaciones como la deforestación de 3 mil hectáreas para construir fraccionamientos o vender terrenos campestres en la zona de Motul, y lo mismo ocurre en otras localidades como Chicxulub Pueblo y Sierra Papacal, donde los precios de la tierra están entre 4 a 5 veces por encima de su valor real”, detalló Grossjean, quien recalcó que ni Merida ni menos los municipios tienen la capacidad de recibir a tanta gente.

Como ejemplo puso que en todo Yucatán solo funciona de manera adecuada un relleno sanitario, el de Merida, que por si fuera poco ya esta saturado.

“La gente quema su basura, o termina en los cenotes, lagunas o el manto freático, lo que incluye basura tecnológica, pilas y medicamentos, situación preocupante porque la Japay solo clora el agua, lo que no elimina metales pesados, agroquímicos y otros contaminantes”, advirtió.

Texto y foto: Manuel Pool

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