Por Arturo Pérez
Ayer se jugó el primer Clásico de las semifinales de la Copa del Rey en el Camp Nou en la que el Barcelona y el Real Madrid empataron a un gol.
En el primer clásico que jugó el Madrid en la era post Cristiano Ronaldo se llevaron una escandalosa derrota por 5-1, y sin Messi en el campo, muchos esperaban que esa dosis se repitiera, me incluyó. Pero la realidad es que el conjunto merengue dirigido por Solari ya maduró, al fin superó la salida de la estrella portuguesa y el día de ayer se vio la razón de porque el Madrid lleva seis juegos seguidos sin perder.
Recuperaron algo de garra, aunado a la calidad de futbolistas con los que cuenta su plantilla, logró evitar otra caída de escandalo, sin embargo, el camino que les queda es largo. Todavía se debe mejorar en la planeación de su plantilla para la próxima temporada, o volverá a pasar lo que paso ayer después de la entrada de Messi al campo.
La sola presencia del argentino intimidó al conjunto blanco, ya que pudieron ser un equipo más agresivo, pero era importante mantener el cero atrás por si entraba Messi y el marcador se hacía más abultado. Y con mucha razón.
Apenas Messi saltó a calentar y el conjunto blanco recibía el gol del empate, para que después en el ingresó del argentino, se desmoronara su orden defensivo. Messi rompe cualquier defensa, eso seguro, pero requiere un esfuerzo, desde que entró parecía que el único objetivo era pararlo, si hacen esto el 27 de febrero se les irá la Copa del Rey.
