Michael Jackson marcado por la sombra de los abusos

Michael Jackson llegó al día de su fallecimiento derrapando entre el éxito y la polémica. Su aspecto era una evocación lejana del que un día fue y un recuerdo vivo de sus peores días durante el proceso judicial por abuso de menores, en 2005. En marzo de 2009, tres meses antes de su muerte, se presentó ante los medios para anunciar “This is It”, una serie de conciertos en el O2 Arena de Londres.

El 25 de junio de ese año, antes de que pudiese subirse a las tablas, el Rey del Pop, de 50 años, sufrió un paro cardiaco. A mediodía, una llamada de teléfono solicitaba una ambulancia en la casa del cantante en Los Ángeles.

UN LEGADO MUSICAL INOLVIDABLE

El médico personal de Jackson fue condenado a cuatro años de cárcel por homicidio involuntario en 2011. Fue él quien le administró una inyección de propofol que al final resultó fatal. Conrad Murray recuperó la libertad antes de completar su condena y se pasea desde entonces por escenarios y librerías aireando detalles de los últimos años de la vida del artista.

Nadie puede poner en duda su legado musical. Tanto si le gusta su música como si no, el fenómeno Jackson es de los que se dan una vez cada mucho tiempo. En los últimos años, sin embargo, la cuestión ha girado más en torno a otras reflexiones: ¿se puede separar lo profesional de lo personal? ¿Puede una carrera musical excusar todo? ¿Ha mirado el mundo para otro lado?.

Siempre ha habido algo extraño, excéntrico, en la vida de Michael Jackson. Desde una infancia en la que un padre abusivo explotaba a sus hijos, hasta matrimonios fallidos, hijos concebidos por fecundación in vitro y bebés colgando de un balcón. Pero su magia en los escenarios parecía estar por encima de todo.

Las entradas para “This is it” estaban vendidas, la gente esperaba durante horas para verlo y sus seguidores se agolpaban a la salida de los hoteles. También a la salida de los juzgados.

Las acusaciones de abusos sexuales a menores no son nuevas. Lo curioso es que, durante años, su relación con los niños, inexplicable para un adulto, era exculpada y, en ocasiones, defendida. Se disfrazaba de buena voluntad y anhelos de una infancia traumática. Se sabía que Jackson dormía con niños, pero su imagen de ser asexuado, eterno Peter Pan, llegó a convencer de que era algo inofensivo y esas situaciones parecieron normalizarse a ojos de la opinión pública.

COMIENZAN LAS SOSPECHAS

La primera acusación contra el Rey del Pop data de 1993. Evan Chandler y sus padres denunciaron al cantante y el asunto se solucionó con un acuerdo extrajudicial de, según relataron los medios en aquella época, más de 20 millones de dólares.

El cantante dijo después que había sido una cantidad más baja. En el proceso, dos jóvenes que habían sido sus amigos de niños, Wade Robson y James Safechuck, defendieron a Jackson. Diez años después, se emitió “Living with Michael Jackson” y el cantante defendió compartir habitación con un pequeño superviviente de cáncer, Gavin Arvizo. Jackson calificó de ignorantes a los que se opusiesen a este comportamiento y dijo que era “algo precioso”, mientras el niño estaba apoyado sobre su hombro.

Esta revelación propició una investigación contra él y fue acusado de proporcionar alcohol a un menor, conspiración, secuestro y abusos sexuales.

En 2005 se celebró el juicio. El cantante aparecía en pijama en el juzgado y su rostro estaba cada vez más demacrado. En el juicio, la víctima, Arvizo, aseguró que Jackson lo había masturbado y expuesto a pornografía. Wade Robson, de nuevo, y Macaulay Culkin, entre otros, testificaron a su favor. James Safechuck no participó en el juicio.

Jackson fue declarado inocente de todos los cargos en 2005 por un jurado popular. Cuatro años después, Jackson murió en su casa de Los Ángeles. Y cuatro años más tarde, las acusaciones de abuso de menores volvieron. Robson y Safechuck, en el pasado, sus defensores, aseguraron que ellos habían sufrido el mismo destino que los otros chicos de Jackson.

Pero el testimonio de estos dos hombres tomó especial relevancia durante el último año con el estreno del documental de HBO “Leaving Neverland”, del director Dan Reed. La crudeza de la narración, las similitudes entre los casos y el material documental que incluye, han roto el hechizo que Jackson aún mantenía sobre muchas personas.

SEGUIDORES Y DETRACTORES

Los responsables de The Simpsons, después de ver el documental, comunicaron que dejarían de emitir el capítulo en el que colaboró Jackson. Oprah Winfrey, una de las personas más influyentes en EU, mostró su apoyo a los supervivientes de los supuestos abusos. Por su parte, la cadena internacional de café, Starbucks, eliminó a Jackson de sus listas de la plataforma de Spotify. Varias radios de Nueva Zelanda y Canadá anunciaron que dejaban de emitir sus canciones y la “maison” francesa de moda, Louis Vuitton, retiró una colección inspirada en él.

Por otro lado, sus fans siguieron defendiendo su inocencia y formando ejército en redes sociales para desacreditar el documental. Ellos achacan las acusaciones al interés económico de Robson y Safechuck.

A diez años del fallecimiento del intérprete de “Thriller” sus herederos mantienen una guerra contra los que, dicen, difaman a Jackson. Ataques y contraataques en forma de demandas judiciales, propuestas de mediación y documentales y entrevistas, son las trincheras en las que aún se mueven las informaciones sobre el cantante.

Texto: EFE
Fotos: EFE/Cortesía

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