Moscú denuncia la degradación irreversible del Grupo de los Siete

La cumbre del G7 celebrada en Hiroshima muestra la degradación irreversible de este formato, que promueve decisiones politizadas y líneas divisorias en la arena internacional que destruyen la estabilidad global, denunció ayer el Ministerio de Exteriores de Rusia.

“El G7 en algún momento fue un formato que coordinaba las posiciones respecto a diversos temas de la agenda internacional. Pero ahora se ha degradado irreversiblemente”, afirmó la diplomacia rusa en un comunicado.

Según Exteriores, el G7 representa en la actualidad “una incubadora en la que maduran, bajo las órdenes de los anglosajones, iniciativas destructivas que socavan la estabilidad global”.

Luego, estas iniciativas, añadió Moscú, “se imponen a los seguidores proestadounidenses de los países de la OTAN, la UE y otros satélites de Washington”.

“La principal conclusión (de la cumbre del G7) es un conjunto de declaraciones repletas de pasajes odiosos de carácter antirruso y antichino”, indicó el departamento encabezado por Serguéi Lavrov.

Por ello, añadió Exteriores, “una vez más como resultado de la reunión del G7 tenemos decisiones politizadas encaminadas a subrayar las líneas divisorias en las relaciones internacionales”.

La diplomacia rusa calificó de “inconsistentes” las pretensiones del G7 de erigirse en garantes de la estabilidad financiera y económica, ya que no es capaz de “proponer nada creativo”.

“El pánico ante el proceso objetivo de avance hacia la multipolaridad y la destrucción de la hegemonía estadounidense, que permitía a Occidente esquilmar al mundo, obliga a los miembros del grupo a dedicar más esfuerzos a atizar la histeria rusófoba y sinófoba”, argumentó Exteriores.

En ese sentido, destacó que el G7 está literalmente obsesionado en la confrontación con Rusia y se convirtió en el puesto de mando de las sanciones y otros elementos de la guerra híbrida en contra de Moscú.

“En ello radica actualmente el sentido de la existencia de este grupo. Los resultados de la cumbre lo confirman”, añadió la diplomacia rusa, al señalar que con ese propósito trajeron a Hiroshima “al cabecilla del régimen de Kiev que ellos mismos controlan” para convertir la cumbre en un espectáculo propagandístico.

Moscú también responsabilizó al G7 de provocar la crisis alimentaria y energética mundial con su frenesí de sanciones, además de socavar los principios básicos de la economía de mercado mundial y el derecho internacional, al que acuden “cuando les conviene”.

Además, el ministerio ruso de Exteriores condenó la actitud de los países del G7, antiguas potencias coloniales o invasoras, que ahora se promueven como “adalides de la defensa de los valores democráticos”.

Texto y foto: Efe