Funcionarios a ambos lados de la frontera Estados Unidos-México buscaban más víctimas luego que nueve migrantes murieron cuando trataban de cruzar el crecido río Bravo, en un peligroso intento en un área en la que el nivel de las aguas había subido más de 60 centímetros en un solo día.
Agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) y funcionarios mexicanos descubrieron a las víctimas cerca Eagle Pass, Texas, luego de días de aguaceros. Funcionarios estadounidenses recuperaron seis cadáveres y los equipos mexicanos tres, de acuerdo con una declaración de la CBP. Es uno de los peores incidentes de ese tipo en la frontera en la historia reciente.
El río, que tenía una profundidad de apenas poco más de 90 centímetros al inicio de la semana, alcanzó más de 1,5 metros el jueves y el agua fluía a una velocidad cinco veces mayor que la usual, de acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos.
“Había mucha más agua en el río después de la lluvia y había más lluvia río arriba, lo que aumenta el caudal”, dijo del meteorólogo Bob Fogarty, del Servicio.
La CBP dijo que los equipos estadounidenses rescataron a otras 37 personas del río y detuvieron a 16 más, mientras que las autoridades mexicanas tomaron bajo custodia a 39 migrantes.
La agencia no indicó de qué país o países eran los migrantes ni proporcionó información adicional sobre el rescate ni la búsqueda. Las agencias locales de Texas que estuvieron involucradas no respondieron por el momento a solicitudes de información adicional en la zona del río, llamado Río Grande en EU.
El sector Del Río de la Patrulla Fronteriza, que incluye a Eagle Pass, se está convirtiendo rápidamente en el corredor más concurrido para los cruces ilegales.
Texto y foto: Agencias