Armando Escalante
Periodista y analista político
Luego de leer a Agustín Basave —un desencantado más del lopezobradorismo— no pude evitar redactar esta colaboración en el tono que se puede leer a continuación:
Se han reducido a contestar como lo hace su ejemplar presidente. Los fanáticos responden argumentando que tan mal estaban las cosas antes como ahora. Por ejemplo si se les reprocha el enorme, el daño incuantificable que causa el tren maya al arrasar con la selva, se defienden poniendo de ejemplo absurdos tales como que ahí están los hoteles de Playa del Carmen, que fueron construidos en la costa. No aceptan que esa orografía playera sea distinta a las cavernas y cenotes que cientos de investigadores, ambientalistas, espeoleólogos y reporteros, han documentado con vídeos grabados en el terreno de la selva alejada de la orilla. Tampoco admiten que aquellos terrenos son franjas privadas, en tanto que el absurdo tren es una obra de gobierno, sufragada con los impuestos que atenta más por no cumplir con estudios y proyectos.
Si se les reprocha que con Amlo en 4 años rebasamos los miles de muertos, se salen por la tangente repitiendo el falso argumento presidencial de que los anteriores gobiernos desataron la guerra. Como si fuera correcto haber dejado que los criminales se salieran con la suya, como pasa ahora, cuando ni se les persigue ni se les detiene. La semana pasada reproducimos las cifras del actual gobierno que en 4 años apenas ha capturado a seis crimínales y dejó ir por orden de López Obrador al más buscado, evidenciando los lazos criminales que hay entre ese Ejército que hace de albañil, peón de brecha y acomodador de lanchas, barcos y contenedores, cuando no está huyendo de los delincuentes que los apedrean o matan.
Por algo nosotros recomendamos que ningún caso tiene debatir con un fan del presidente porque como me dijo uno de ellos, “nosotros votamos porque llegue ni modo que admitamos que está equivocado”. “Así lo esté, me dice, nos tenemos que callar”.
Y es que callarse para los aplaudidores de este desastre nacional es lo único que les queda, hasta que el destino los alcance, como ya le llegó su hora a los papás de niños sin vacunas o sin tratamientos oncólogicos, que sin duda alguna votaron por su propio verdugo, dentro de esos 30 millones de incautos que, convencidos —esperanzados— decidieron darle al peje un voto de confianza, sin saber que ellos serían los más afectados.
Esos empresarios que se tragaron el cuento de la no corrupción y las promesas del candidato, son iguales que los empleados de gobierno que hoy padecen los recortes y despidos de todo el aparato gubernamental que, literal, ha sido desmantelado por órdenes del jefe mayor. Al diablo con las instituciones —les retumba la cantaleta cada vez que se acuerdan que ya no tienen agua de botellón, internet, papelería y ni para la renta de las oficinas donde están las secretarías y demás oficinas federales. Hoy se callan la boca y se alinean.
Aquellos de las “conquistas sindicales”, están silenciosos como momias porque ya no exigen las prebendas que durante años les daban los gobiernos “neoliberales” so pretexto de irse a un paro. Aquí, con Amlo, la burocracia, de abajo, la de arriba y la de enmedio, está quieta, ni chista. No hay paros ni plantones de maestros porque quien les ordenaba destruir Oaxaca o cerrar la CdMx ya despacha en Palacio Nacional, dicen los que saben, mientras ellos siguen cobrando sin trabajar, sin pasar evaluaciones ni pruebas. Felices cobrando.
Así las cosas, el país vive las falsas respuestas de los que con su voto decidieron hundir a México y su único consuelo es: a mí irá mal, pero yo no tenia nada, en cambio a ti que tenías algo, te irá peor. Esa es la mayor recompensa que figura en las mentes del pueblo bueno y sabio. “Amlo no me dará mucho, pero si hará que tu tengas menos” —el pensamiento que mejor los define.
El xix.— Todo está caminando sobre ruedas. Amlito, aquel que estaba doblado por Layda Sansores, ahora camina erguido, con la frente en alto, con la seguridad de que la sección instructora de la Cámara no le retirará el fuero y que el fiscal bailarín no podrá hacerle nada. Lo de ampliar el plazo al tema de la Guardia Nacional fue solo una inocente genuflexión de aquellos que están abordando el buque destructor que capitanea Manuel López. Asumen que solo así se podrán salvar del naufragio que viene.