No sabías que tienes ansiedad

René Emir Buenfil Viera
psicrenebuenfil@gmail.com

Si las otras personas te ven raro, saben que algo te pasa, algunas creen que estás deprimido, pero como eres hombre de pocas palabras y no te gusta hablar de tí, y piensas que lo que te pasa no era para tanto, entonces vas por la vida sintiéndote mal, pero creyendo que lo puedes manejar solo, hasta que con el tiempo se fue agravando.

Quizá no te diste cuenta porque minimizas tus emociones, las dejas de último, y te preocupan más otras personas que tu propia salud mental, y crees tener todo bajo control afirmando como un mantra que no pasa nada, que todo va a estar bien, que ya se te pasará, que no es importante lo que sientes, hasta que estallas.

Puedes estallar en ataques de ira repentinos, seguro contra las personas más cercanas a ti como familiares y/o amistades, o incluso como pensamientos de hacerte daño o de desear ya no estar aquí, no has hecho consciente la cantidad de sufrimiento emocional que andas cargando porque te empeñas en negarlo, y entonces te vuelves una bomba de tiempo.

La ansiedad puede ser generalizada, al grado de perder la capacidad de relajarte, esta hipervigilancia te impide dormir bien, te deja tenso todo el tiempo, te da un pesimismo y negatividad enormes que interfieren en todas las áreas de tu vida, pareciera como si te has ido apagando poco a poco, y el área donde más se nota es en la social, te has ido aislando progresivamente de todo y de todos, hoy en día es muy fácil refugiarse en los videojuegos interactivos e inmersivos, son otros mundos que nos dan una sensación de equipo, de pertenencia, incluso de comunidad, pero no sustituyen las redes de apoyo presenciales, cara a cara.

De repente te puedes poner mal, ya sea sin saber por qué, o que tengas identificados los detonadores que disparan tu ansiedad, pero aun así no sabes qué hacer al respecto, cómo salir de ese ciclo que se lleva repitiendo por años. Cuando vienes a terapia podemos ir aclarando juntos cómo surgieron esos patrones relacionales y qué tan útiles son hoy para tu vida y bienestar, podemos confrontar tus más grandes miedos que te tienen evitando personas, compromisos y situaciones, y por consecuencia aislándote por supuesta protección y defensa.

La ansiedad suele provocar que peleemos, huyamos o nos congelemos, así que, si estás en un punto de crisis en tu vida del que no hayas cómo salir, te sientes atascado, atrapado, y que realmente no tienes a nadie y nadie te entiende, quizá se deba a que estás manejando altos niveles de ansiedad hace mucho tiempo.

Si algunas de estas condiciones te resultan familiares, espero que puedas acudir con un (a) profesional de la salud mental para resolver todas tus dudas al respecto y buscar soluciones en tu propio contexto y circunstancias que te faciliten claridad mental, paz emocional y mayores niveles de plenitud y satisfacción con tus logros y metas.

Ánimo, la felicidad está a la vuelta de la esquina, justo detrás de todos esos miedos a enfrentar y vencer para construir nuevas posibilidades de vida.