No soy yo, eres tú

René Emir Buenfil Viera 

psicrenebuenfil@gmail.com

La típica frase para terminar a tu pareja es el clásico “no eres tú, soy yo”, donde la persona quiere decir que debe mejorar, o no es lo que su pareja necesita, es un remedio para que la persona a la que estás terminando no se sienta tan mal, recalcando todo lo bueno que tiene, aunque no siempre funciona del todo. 

Pero también hay ocasiones donde tu estás convencido (a) de que quieres terminar con tu pareja porque la persona no se está ocupando de sí misma, se ha descuidado, no se esfuerza por cambiar lo que sabe que tiene que mejorar, o porque cree que lo está haciendo bien y no hay nada que mejorar, creyendo en la típica frase “así soy, y ni modo”. 

Es cuando una persona empieza a venir a terapia psicológica, a trabajar en sus traumas y temores, a darse cuenta de acciones y omisiones que influyen en su carácter, su estado de ánimo, su manera de ser y enfrentar la vida, a esforzarse por aprender cosas nuevas, intentar pasar al siguiente nivel y empezar una nueva etapa de su vida, se vuelve un factor decisivo el comportamiento y la actitud de su pareja de superación o de seguir siendo la misma persona de siempre, de seguir cometiendo los mismos errores, reclamar los pleitos del pasado, o enfocarse en las soluciones, en proponer nuevas ideas para salir de la zona de confort.

Eres tú quien me descuidaste, me malinterpretaste, me juzgaste duramente, no me escuchaste, me hiciste la ley del hielo, me dijiste hasta de lo que me iba a morir aunque luego me pidieras disculpas, eres tú quien actuó con egoísmo y por capricho, quien no me dijo muchas cosas, se guardó tantos reclamos, tantos rencores, tantas dudas. 

Eres tú quien tomó decisiones que me lastimaron, quien usó las palabras más vulnerables que te dije en mis momentos de debilidad en mi contra para darme donde más me duele, quien no supo valorar lo que yo hice porque según tú no fue suficiente para tí, eres tú quien no se quería casar conmigo, más bien se quería casar y salir huyendo de su situación familiar, eres tú quien me orilló a pedir perdón de cosas que no hice por tus miedos e inseguridades, que inicia pleito cada cierto tiempo por los mismos temas, pero que pelea de manera que las cosas nunca se resuelven porque las dinamitas con tus formas tan explosivas, aunque luego te arrepientas.

Tanto tiempo me la pasé tan mal, me autoflagelé pensando que yo tuve la culpa, hoy veo la situación desde otra perspectiva completamente distinta, y que completa lo que yo ya pensaba, también fuiste tú, quién no buscó la reciprocidad y tiró a la basura muchas cosas que te dije o hice por tí, quien no tuvo la disposición de encontrarse en el medio por su individualismo, egoísmo y soberbia, hoy me doy cuenta, me quito la venda de los ojos y estoy listo para ver claramente lo que muchas personas me decían, eso que hiciste que fue matando lo nuestro poco a poco y que necesito ver para tener paz mental, superarte, olvidarte, y seguir adelante sin aferrarme más a lo que no pudo ser. 

Soltar se siente tan bien después de todo este tiempo, al fin lo empiezo a lograr.