Nuestra Señora de París

Por Juan Esteban Méndez

Mae govannen, estimados lectores. Hace unos días el mundo quedó impactado por el incendio que arrasó con gran parte de la catedral de Notre Dame en el corazón de París.

Los comentarios posteriores eran mixtos, iban desde solidaridad y pesar hasta el gusto y una retorcida crítica hacia la Iglesia, envuelta en un contexto y situaciones equivocadas, hecho que únicamente denotaba una profunda ignorancia (y no estamos hablando de creencias aquí, me limito exclusivamente a la cultura general).

Pero no me dirijo a ustedes para hablar de las consecuencias morales, éticas, de opinión, conciencia y educación cultural e histórica, estoy aquí para platicarles la mirada cinematográfica que ha provocado que esta industria se fije en la catedral de parís.

Principalmente se lo debemos a Victor Hugo, quien en 1831 con la novela “Nuestra Señora de París” introdujo al trío de personajes que más se han vinculado con la catedral: Quasimodo, Esmeralda y Claude Frollo, figuras que recurrentemente aparecerían en las numerosas adaptaciones que se le han hecho.

Comenzando en 1905 con “Esmeralda”, un cortometraje mudo francés que fue dirigido por mujeres, luego de ello en 1923 Estados Unidos adaptó la historia en un largometraje mudo con el conocido como “Hombre de las Mil Caras”, el maestro del maquillaje Lon Chaney, interpretando a Quasimodo; Chaney igual es recordado por hacer al original Fantasma de la Ópera.

La historia se repitió en 1956 con una nueva adaptación en la que Anthony Quinn interpreta al Quasimodo; finalmente en 1996 Walt Disney Pictures realizó la adaptación animada de la novela y de allí se convirtió en un éxito instantáneo, especialmente por su majestuosa música.

Notre Dame no solamente ha aparecido en las adaptaciones cinematográficas de la novela, también fue parte importante de la trama de películas como Amélie (2001), Van Helsing (2004), Sin Aliento (1960), entre otras y claro: Assassin’s Creed Unity, videojuego que por cierto servirá de referencia para su reconstrucción gracias a sus modelos en 3D.

Esto ha sido todo por esta ocasión mis lectores, les invito a seguirme por todas mis redes sociales para mantener contacto y a ver las actividades que realiza mi comunidad: Kinécarus. Namárië!

 

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