Pandemia no impide la devoción

Desde las calles del Centro Histórico se dieron cita los más allegados a la vida cristiana, aunque pocos por el temor a contagiarse de coronavirus

La pandemia no detuvo la fe de los católicos, quienes acompañaron a Jesús en su pasión y muerte este Viernes Santo durante el Viacrucis que la Santa Iglesia Catedral realizó como de costumbre por las calles principales del Centro Histórico.

En punto de las 9 de la mañana, portando cubrebocas, se dieron cita los más allegados a la vida cristiana, esta vez fueron pocos, pues el temor a contagiarse de covid-19 hizo que la mayoría viviera desde casa el camino al calvario del hijo de Dios.

Una a una se vivieron las estaciones que conforman el Viacrucis con el que se recuerda cada año los últimos momentos del hijo de Dios en la tierra, y para quienes creen en él, este viernes es el más triste del año.

Pedir por la salud del mundo fue el propósito en este Viacrucis que ha sido uno de los más tristes de la historia, pues por las medidas sanitarias no se permitió aglutinamiento durante el recorrido.

Texto y fotos: Cortesía

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