El arzobispo de Yucatán, Mons. Gustavo Rodríguez Vega, afirma que a través con los diálogos con Él (la oración) tendremos la capacidad para dar una respuesta cristiana ante la realidad
Al celebrar ayer la misa pontifical en la Catedral, el arzobispo de Yucatán, Mons. Gustavo Rodríguez Vega, exhortó a los fieles a escuchar la voz de Dios para que “nos haga sensibles al sufrimiento humano y nos dé la capacidad para dar una respuesta cristiana ante la realidad, a través del diálogo”.
“El mejor diálogo diario, que me lleva a conocerme mejor, que me ayuda a tener los mejores diálogos con otras personas, es el diálogo con nuestro Señor. Si nos disponemos a escuchar al Señor en la oración, le pedimos que nos hable y ponemos atención, pues ciertamente Él nos hablará de un modo peculiar”, manifestó.
Ante decenas de feligreses que acudieron como cada domingo a participar en la Eucaristía, Mons. Rodríguez Vega, afirmó que es necesario escuchar a Dios “para escucharnos a nosotros mismos y a los demás”.
“Antes de saber escuchar a los demás hemos de aprender a escucharnos a nosotros mismos, de darnos cuenta quiénes somos y cómo estamos; pues aunque tú creas que ya te conoces, este autoconocimiento debe actualizarse diariamente para saber cómo te encuentras hoy físicamente, emocionalmente y espiritualmente”, señaló.
El pastor de la Iglesia en Yucatán invitó a los fieles a escuchar las palabras del papa Francisco, quien llama a ser y construir una Iglesia pobre para los pobres.
“No se trata de que los sacerdotes vivamos en la miseria, ni mucho menos todos los cristianos, sino que se trata de evitar la presunción de bienes ante los que no tienen, así como de cualquier forma de desprecio a los pobres, por el hecho de ser pobres. Se trata de que ellos tengan su lugar en la Iglesia y que la Iglesia les ayude a ser sujetos de su propia superación humana integral”, aclaró.
Al final de su homilía, Mons. Rodríguez Vega pidió a los católicos yucatecos seguir orando por el papa Francisco y por la comunión de toda la Iglesia, “ya que el Santo Padre nos está llevando a una conversión y ahí tenemos una gran oportunidad de que nuestra Iglesia cambie para bien, en favor de tantos hijos de Dios a quienes puede servir. María, Madre de la Iglesia, interceda por nosotros”.
En la misa, el Arzobispo estuvo acompañado por un grupo de jóvenes que inicia sus estudios en el Seminario Conciliar de Yucatán y también un joven recibió el sacramento de la Confirmación.
Texto y foto: Jorge Euán