Presentan el Yucatán Open, del 18 al 23 de marzo en el Campestre

Del 18 al 23 de marzo del presente año, el Club Campestre será sede del torneo Profesional Challenger ATP 50. Un evento que presentará un formato ATP Challenger, en el cual los espectadores tendrán la oportunidad única de presenciar la intensa competencia entre destacados tenistas mientras luchan por obtener 50 puntos ATP y más de 50 mil dólares en premios.

Desde el Gran Museo del Mundo Maya fue presentado el torneo 2024, el cual estuvo encabezado por autoridades estatales, municipales, directivos empresariales y organizadores representes del Yucatán Open, quienes señalaron que este torneo no solo ofrece una plataforma para el desarrollo del tenis en la región, sino que también representa una oportunidad excepcional para disfrutar del más alto nivel de juego en un ambiente vibrante y emocionante en Yucatán.

El presidente del comité organizador, Jorge Haro Giffenig, quien encabezó el presídium, informó que el yucateco Rodrigo Pacheco Méndez (número 677 del ranking de la ATP), recibió tarjetas de invitación (“wildcards”) para ver acción en singles y dobles.

“Sin duda, será un gran atractivo ver al juvenil yucateco en su incipiente carrera en el tenis profesional”, anotó.

En dobles, Rodrigo hará pareja con el coreano Gerard Campana Lee (actual No. 364 del ranking de singles), a quien venció en la final de la Copa Yucatán en 2022, con parciales de 6-3 y 6-2. El tenista de casa es flamante bicampeón de la Copa Yucatán, de la que se despidió en noviembre de 2023.

En este sentido, explicaron que el Yucatán Open tendrá un “draw” de singles de 32 jugadores: 21 ingresan directo, 3 por “wild card”, 6 saldrán del torneo de calificación y 2 por exenciones especiales.

Haro Giffenig externó su confianza en que todo saldrá bien y anticipó que una vez concluida esta primera edición solicitarán la autorización para que en 2025 suban a Challenger 75, con premios por 75,000 dólares, y mantenerse así en un camino evolutivo similar al de la Copa Yucatán (amateur).

Texto y foto: Andrea Segura