Estar esclavizado a las redes sociales, snapchatear cada instante de nuestras vidas y no perdernos ni una fiesta, será cosa del pasado.
En aproximadamente 40 años, la nueva generación cambiará completamente de hábitos, para convertirse en la antítesis de lo actual. Se llamarán POMO, que significa Pleasure of missing out, es decir, que éstos preferirán quedarse en casa, viendo una serie y pidiendo comida a domicilio, renunciando a gran parte de su vida social, teniendo, como su nombre lo dice, el placer de perderse de asistir a los lugares en los que “todo mundo quiere estar”.
Pero, ¿por qué el cambio tan radical a lo que hacemos hoy en día? Según científicos de Estados Unidos, la necesidad de estar completamente conectados a las redes, reporteando a los demás sobre lo que estamos haciendo y no faltar a ninguno de los planes a los que somos invitados, nos hace ser esclavos de los demás, provocando que el valor de nuestras vidas lo dé la aceptación de la sociedad.
Por otra parte, las generaciones actuales son denominadas FOMO, que significa Fear of missing out y esto quiere decir que tienen miedo de perderse algún momento o reunión y de esta forma dejar de pertenecer a un círculo.
Tessa West, profesora de sicología de la Universidad de Nueva York, piensa que mucha gente quiere socializar únicamente por que cree que el no hacerlo está mal o es raro, sin embargo, existen varios individuos que fingen pasársela bien cada vez que asisten a eventos.
“Asumimos que somos extraños porque no disfrutamos de las fiestas, cuando el resto de la gente si lo hace, pero no todo es lo que parece”. comentó la catedrática, haciendo hincapié en que más personas de las que creemos también les gustaría quedarse en su casa.
– Excélsior
