A casi un mes de que la policía municipal implementara la cancelación de los pasos peatonales de las calles 60 y 62, entre 61 y 63, las rejas instaladas y los agentes han quedado como “adorno”, ya que los peatones continúan transitando por los cruces habituales.
De acuerdo con el Ayuntamiento de Mérida, la medida busca que los transeúntes crucen las vialidades por las esquinas, con el objetivo de agilizar el tránsito peatonal y brindar mayor seguridad vial. Sin embargo, a la fecha, de poco han servido las rejas, ya que los peatones siguen usando los pasos frente a la Catedral y el Palacio Municipal.
Al ser cuestionada, la ciudadana Esther García afirmó que no cruza en las esquinas porque prefiere ahorrar tiempo, “la verdad no veo bien que nos prohíban el paso, siempre hemos cruzado por ahí y la verdad no creo que afecte a nadie”, comentó.
Para el Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida, las razones expuestas por la autoridad municipal son insuficientes, debido a que la Plaza Grande es un lugar emblemático de esparcimiento social.
“La realidad es que la Plaza Grande, al contextualizarse dentro del Centro Histórico y urbano de la ciudad, responde a dinámicas de movilidad peatonal que sobrepasan leyes y reglamentos vigentes, por lo que se requieren respuestas vanguardistas e incluyentes en materia de movilidad”, refirió Eduardo Monsreal Toraya, miembro de la organización.
–José Villegas
