¿Qué hace una mejor película?

Por Gerardo Novelo

Quiero agradecer a la academia. En serio. Estamos en pleno agosto, la temporada de premios quedó varios meses atrás y otra muy lejos, y aun así sus dramas me dan material para escribir sobre los premios Oscar.

Hace poco, a la premiación donde Hollywood decide qué valora más de sí mismo, le dio por anunciar una nueva categoría: Mejor Película Popular. El anuncio fue de imprevisto y las especificaciones ambiguas, pero es suficiente excusa para reflexionar sobre qué se premia.

La categoría de Mejor Película lleva un tiempo con nominados cuyo mayor salto a la fama fue haber sido nominados. En su mayoría buen cine, pero nada que el espectador promedio vería si no llevasen esos laureles en el póster. Tienen matices indie, una vibra diferente, como si se esforzaran por ser artísticas y distanciarse de las descerebradas que dominan el cine popular. Hollywood intentando vendernos sus propias alternativas.

Para muchos espectadores los premios ya no tienen chiste; no reconocen ningún nombre y no han visto ninguna película. Lejos están esos días cuando Spielberg y Lucas encantaban a las audiencias y a las élites, ahora son puros elitistas pretenciosos que se creen mejores que otros por ver dramas aburridos. No estoy de acuerdo, pero es evidente que las audiencias se sienten alienadas.

Hablando de Lucas, en el año 1978 La Guerra de las Galaxias estaba nominada a Mejor Película. Perdió, pero es perfecto ejemplo de lo que es una película merecedora del premio mayor. Tiene diálogos torpes, un director incompetente y actuaciones rígidas. Pero también movió masas como ninguna otra, encantó a críticos, sintetizó una mitología y lenguaje previamente inalcanzados dentro del séptimo arte y creó un mundo en el que todavía se vive. Eso es un logro cinematográfico que vale la pena premiar.

En estos días Star Wars iría en la categoría de Mejor Película Popular. El apellido la minimizaría y su género la reduciría, como si no fuese merecedora de llamarse Mejor Película a secas, como si la popularidad no fuese importante en un medio tan masivo. Eso es un error.

Ser popular no lo es todo –por favor no premiemos Rápidos y Furiosos por ser la más vista, ni ignoremos Three Billboards porque nadie la reconoce– pero es parte de lo que hace al cine lo que es. El mérito artístico y la popularidad no son mutuamente exclusivos. Es irracional hacerlos a un lado.

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