Queda mucha luz en la torre

Esta cuarentena me ha hecho pensar mucho en la situación que están pasando los tenistas que se mantienen como activos, los que tan sólo pase el debido tiempo, tendrán la buena fortuna de volver a jugar; pero especialmente, he extrañado a los que recientemente no han podido estar y no se sabe en cuánto tiempo estarán…

31 años, ex número tres del mundo, 22 títulos hasta hoy en su carrera y lleva 9 meses sin jugar. Desafortunadamente, estamos a sólo tres de que se cumpla un año desde la última vez que pudimos fascinarnos con el maravilloso tenis que siempre nos regala Juan Martín del Potro.

La fecha de su última aparición fue junio del 2019 en el Fever-Tree Championships, torneo que presenció en esas instancias la fractura de rótula que nos lo arrebataría tanto tiempo de las canchas.

Hace unos días, Delpo se disfrazó de cibernauta y tuvo una charla virtual (vía Instagram) con la ex estrella de la NBA, Manu Ginóbili, a quien lanzó varias confesiones.

De las primeras, fue que no pierde la esperanza: “Muchas veces siento que debo de mirar para otro lado, buscar otro camino y dejar de sufrir tanto; pero luego pienso que no, no me puedo alejar de algo que amo tanto”.

No obstante, afirmó que no cree merecerse el irse de esta manera y que definitivamente, no bajará los brazos hasta que logre regresar a jugar. Mi respuesta a esto es: ¡no creas Delpo!, si existe justicia en este mundo del deporte, claro que regresarás porque eso sí lo mereces, ¡qué no te quepa duda alguna!

Si no ha tenido trofeos actuales, mínimo quiero aprovechar este jueves de columna para recordar, los que para mí, han sido sus cuatro mejores:

El primer título que Juan Martín alzó fue el Abierto de Stuttgart de 2008, mejor conocido hoy en día como Merecedes Cup, tres años después de haber comenzado como profesional.

Un año posterior, conquistaría el mayor campeonato de toda su carrera, el US Open; Grand Slam que lo metió en el verdadero planeta del tenis. En aquella final venció al entonces #1 del mundo, Roger Federer. El encuentro llegó de manera dramática a un quinto y definitivo set; ambos conquistando así, una de las mejores finales del certamen estadunidense.

Los últimos dos que obtuvo fueron en 2018: su primer Masters 1000 en el BNP Paribas Open de Indian Wells y el Abierto de Acapulco; ese año logró su mejor posición en el ranking del tour masculino.

Gran historia que ha escrito y sé que todavía le queda punta a su lápiz, así como también fuerza y tenacidad para recuperarse al cien. La Torre de Tandil aún tiene mucha luz que emanar y así, continuar su labor de alumbrar a los seguidores del deporte blanco con sus saques desde lo alto y sus drives que llevan la potencia de su propia iluminación.

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