Deyanira Trinidad Álvarez Villajuana
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Toda dádiva y don perfecto procede de Dios, y su llamado a servirle proviene de su voluntad. La santificación es un proceso continuo, que caracteriza a los que hemos sido convocados a ser santos, junto con todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Al tener fe en Cristo Jesús, alcanzamos la gracia y misericordia de Dios, enriqueciéndonos en toda palabra y en toda ciencia, confirmándose el testimonio de Cristo en nosotros, teniendo los dones que necesitamos hasta su gloriosa manifestación. Seamos irreprensibles y busquemos la plena comunión a diario con Dios, quien es siempre fiel. ¿Está dividido Cristo? Un reflejo de que el Espíritu Santo se encuentra en realidad en un grupo de cristianos, es la tendencia hacia la unidad, con Jesús como centro, y con pleno respeto a las diferencias, que pueden considerarse como adiaphora o cuestiones no trascendentes para la salvación. Pablo mismo rogaba que hablemos todos, una misma cosa, y que no existan entre nosotros divisiones, debiendo conservar todos, una misma mente y parecer. Las contiendas son fruto de la carne, y las divisiones denotan necedad, pues no fuimos bautizados por Pablo, o por hombre alguno, sino por Cristo Jesús, Señor nuestro.
¿Somos de Pablo, Apolos o Cefas? No, somos de Jesús, y lo seremos por toda la eternidad. Cristo es poder y sabiduría de Dios. Los gentiles o personas no judías que se encuentran en el mundo, que no son salvos, sin importar su nacionalidad o características, conciben como una locura, la palabra de la cruz. Dios destruye la sabiduría de este mundo, la cual es necedad ante Él. Dios desecha el entendimiento de los entendidos. Los conocimientos de cualquier área son buenos si se ponen al servicio de Dios, pero no lo son si siguen la filosofía de este mundo. Dios se goza en salvar a los creyentes por la locura de la predicación, lo cual, además de que no lo entienden los gentiles, es tropezadero para los judíos, pues los griegos (un pueblo asociado con los gentiles) buscan humana sabiduría, y los judíos piden señales. Mas para los que hemos sido llamados por Dios, Cristo Jesús es poder de Dios y sabiduría de Dios. Nuestra labor es proclamar a Cristo crucificado. Pablo se acercó con humildad a los de la iglesia de Corinto, no yendo con humana sabiduría, pese a tener múltiples doctorados seculares, si se realizara un símil con la actualidad, sino sólo predicó la cruz, guiado por la sabiduría divina, considerando que ésta es más que suficiente.