Reflexionemos en el mes de la Patria…

Por Miguel II Hernández Madero

Durante septiembre, los mexicanos tenemos el patriotismo a flor de piel y celebramos (no al partido ni al personaje en turno) porque es el Mes de la Patria, con el tradicional Grito, que recuerda el llamado hecho en 1810 por el cura de Dolores, Miguel Hidalgo; pero también se llama así por la Consumación de la Independencia en 1821 y por la gesta de Chapultepec en 1847.

Todo ello es parte de una mexicanidad que se está perdiendo peligrosamente. Al margen de las inconformidades políticas que muchas veces rayan en lo absurdo y ridículo, el sentimiento patrio debe prevalecer, por encima de los discursos de odio y las estrategias manipuladoras de las corrientes políticas.

Pero además en este mes el presidente de la República entrega al Congreso de la Unión su informe presidencial. ¿Por qué la entrega del informe al Congreso? Es simple: porque los diputados son los representantes del pueblo y es al pueblo a quien el presidente le rinde ese informe. Es un principio Republicano, que no ha sido entendido por la mayoría de los actores políticos, llámese ciudadanos o activistas.

Esta vez, se aprovecharon las Fiestas Patrias para enviar al Congreso una propuesta de Amnistía, de perdón y dentro de ese ambiente de fiesta, la gente no le ha prestado atención. Entró de manera discreta y así parece que la van a discutir y aprobar.

Y el panorama va cambiando. En el mes de la Patria nadie habla ya de que la cifra de muertos por la violencia y el crimen supera por mucho a la registrada en sexenios anteriores. Las matanzas ya son cosas que se ven de manera normal; la división entre mexicanos cada vez se agranda más y es tan peligroso quedarse callado, como hablar, porque no admite crítica, únicamente alabanzas.

Lo peor de todo es que también ya se normalizó la censura y el insulto por no creer, por no compartir ideas sin fundamentos.

En pleno Mes de la Patria, me pregunto a dónde llegará México con esa actitud de muchos, que aplauden y alaban, movidos por el revanchismo, sin darse cuenta de que estamos perdiendo el país, ignorando las lecciones de la historia. Es triste.
Hasta la próxima…

DURANTE SEPTIEMBRE, los mexicanos tenemos el patriotismo a flor de piel y celebramos (no al partido ni al personaje en turno) porque es el Mes de la Patria, con el tradicional Grito, que recuerda el llamado hecho en 1810 por el cura de Dolores, Miguel Hidalgo; pero también se llama así por la Consumación de la Independencia en 1821 y por la gesta de Chapultepec en 1847.

Todo ello es parte de una mexicanidad que se está perdiendo peligrosamente. Al margen de las inconformidades políticas que muchas veces rayan en lo absurdo y ridículo, el sentimiento patrio debe prevalecer, por encima de los discursos de odio y las estrategias manipuladoras de las corrientes políticas.

Pero además en este mes el presidente de la República entrega al Congreso de la Unión su informe presidencial. ¿Por qué la entrega del informe al Congreso? Es simple: porque los diputados son los representantes del pueblo y es al pueblo a quien el presidente le rinde ese informe. Es un principio Republicano, que no ha sido entendido por la mayoría de los actores políticos, llámese ciudadanos o activistas.

Esta vez, se aprovecharon las Fiestas Patrias para enviar al Congreso una propuesta de Amnistía, de perdón y dentro de ese ambiente de fiesta, la gente no le ha prestado atención. Entró de manera discreta y así parece que la van a discutir y aprobar.

Y el panorama va cambiando. En el mes de la Patria nadie habla ya de que la cifra de muertos por la violencia y el crimen supera por mucho a la registrada en sexenios anteriores. Las matanzas ya son cosas que se ven de manera normal; la división entre mexicanos cada vez se agranda más y es tan peligroso quedarse callado, como hablar, porque no admite crítica, únicamente alabanzas.

Lo peor de todo es que también ya se normalizó la censura y el insulto por no creer, por no compartir ideas sin fundamentos.

En pleno Mes de la Patria, me pregunto a dónde llegará México con esa actitud de muchos, que aplauden y alaban, movidos por el revanchismo, sin darse cuenta de que estamos perdiendo el país, ignorando las lecciones de la historia. Es triste.
Hasta la próxima…

 

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