Los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos pusieron ayer en marcha un juicio político contra el presidente Joe Biden por una presunta red de corrupción familiar, una maniobra que no tiene posibilidad de prosperar dado que no cuentan con mayoría en el Senado.
Los conservadores acusan a Biden de haber utilizado sus influencias cuando era vicepresidente de Estados Unidos en el Gobierno de Barack Obama para ayudar a su hijo Hunter y a otros familiares en unos supuestos negocios irregulares con China. Sin embargo, para los demócratas no se trata más que de una maniobra política para distraer la atención del cerco judicial que pesa sobre el expresidente Donald Trump, gran favorito para la nominación republicana de cara a las elecciones de 2024.
El Comité de Supervisión de la Cámara Baja, dominada por los republicanos desde las elecciones de medio mandato de noviembre de 2022, convocó el jueves la primera audiencia sobre la investigación para el “impeachment” (juicio político) contra Biden. El congresista James Comer, presidente del comité, afirmó al inicio de la sesión que los legisladores cuentan con “una montaña de pruebas” que demostrarían que el hoy presidente “abusó de su cargo público para el beneficio económico de su familia”.
Esta primera audiencia arrancó dos días antes de que en la medianoche del sábado el Gobierno federal se quede sin fondos.
Texto y foto: EFE