Más del 50 % de la explanada del 20 de noviembre está ocupada por revendedoras, por lo que productores tienen dificultad para descargar y comercializar sus frutas y verduras.
La aparición de la pandemia por el coronavirus COVID-19 que está afectando a muchos municipios de Yucatán ha puesto en evidencia muchas cosas, en Oxkutzcab, una de ellas es la ocupación de los espacios de venta de las familias de los productores en la explanada del mercado 20 de Noviembre.
Como se recordará, desde la última semana del mes de marzo, cuando inició la cuarentena, y como medida de prevención para evitar contagios de COVID-19, ya que se había reportado el primer caso de esta enfermedad en el municipio de Oxkutzcab, el alcalde de la huerta del estado Raúl Romero Chel anunció la modificación del horario en este centro de abasto, de 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, periodo en el cual los productores locales y también de otros municipios pueden traer sus frutas y verduras a vender en la explanada del mercado.
Sin embargo, antes del mediodía los miércoles y viernes, que es cuando hay más movimiento en la explanada del mercado municipal, ya casi no hay espacios de venta.
Varios productores tienen que utilizar el camellón principal para descargar sus huacales de frutas o verduras, debido a la saturación de los espacios, que en más del 50 % están ocupados por revendedoras de Akil y de Yotholín, así como de vendedores foráneos.
Esto pone al descubierto lo que ya se sabía, que la mayoría de los espacios ya están en poder de las revendedoras. Desde temprano en la mañana se pueden apreciar los huacales amarrados delimitando los espacios de venta ocupados, mismos que permanecen allí todas las noches.
La saturación de los espacios de venta en la explanada ha orillado a que muchos productores que vienen en sus camionetas estén dando vueltas para buscar un lugar donde descargar sus productos del campo para poder venderlos.
Hasta ahora no hay ordenamiento municipal para hacer que las revendedoras no dejen sus huacales en la explanada, lo cual provoca que las familias de los productores se vean presionadas al buscar un espacio libre.
Texto y foto: Bernardino Paz Celis
