Saldo blanco, hasta en la web

Pocas veces, y por eso dedicamos líneas al tema, se sobrevive en un accidente aéreo, más aún cuando se involucran velocidad, altura, una tormenta, una pista mojada, fuego, combustible, imprudencia y vidas humanas. Difícilmente la combinación de estos elementos arroje algo positivo.

Nos referimos al afortunado desplome del vuelo 2431 de Aeroméxico que el 31 de julio ocurrió en Durango, al despegar en medio de una tormenta, con el saldo blanco conocido.

La noticia corrió como reguero de pólvora gracias a los medios tecnológicos y a esa delicada, peligrosa mezcla entre teléfonos celulares y redes sociales. Y es que para casi nadie es impedimento formar parte de esta nueva y veloz forma de comunicación de la sociedad, donde casi siempre se privilegia la inmediatez por encima de la veracidad y la objetividad.

En cuestión de minutos, el país y medios en el mundo, tenían vídeos e imágenes surgidas; los primeros testimonios de pasajeros que informaron a sus familiares y estos a su vez, compartieron la noticia. Todo estaba ya a la luz.

Pese a todo este drama y confusión, aparecieron en simultáneo, el gobernador y la aerolínea, así como otras autoridades, quienes enseguida tomaron el control y en forma por demás digna de elogio, mantuvieron informados a los sedientos millones de mexicanos y de medios de todo el mundo, en el mismo terreno donde la tragedia era publicitada: las redes.

Diferentes cuenta de Twitter dieron seguimiento al hecho y en completo orden, cada una, procuró informar según fuera su atribución.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.