El sistema sanitario sigue deteriorándose en Haití, sumido en una grave crisis política y económica, agudizada por el terror que han extendido las bandas armadas, que se han hecho más fuertes en el último mes.
Mucho antes de que el pasado 29 de febrero estallara el nuevo episodio de violencia en este deprimido país, el sistema sanitario local enfrentaba una severa crisis, que no ha hecho más que agudizarse, con decenas de centros asistenciales cerrados. En los tres primeros meses del año, 1,554 personas han muerto y 826 han resultado heridas en Haití, de acuerdo con el último informe de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Organismos internacionales advierten de la grave situación que atraviesa el sistema sanitario local, con escasez de todo, incluso de agua, lo que podría dar paso a enfermedades infecciosas como el cólera, que en el pasado reciente provocó cientos de muertes en el país.
Las dificultades de acceso a los distintos departamentos siguen obstaculizando las actividades de respuesta en el país, impidiendo distribuir equipos médicos y sanitarios para la respuesta al cólera, lo que podría provocar una escasez de suministros en un futuro próximo, especialmente en caso de brote, de acuerdo con la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
En esta nación, donde 5.5 millones de personas, alrededor del 50 % de la población, necesitan ayuda humanitaria, los niños han sido las principales víctimas de la violencia armada, que ha provocado la muerte a cientos de menores de edad.
Y es que, de acuerdo con el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), la actual crisis tiene graves consecuencias en la salud mental y física de los niños.
Texto y foto: EFE