SEGUNDA PLANA – PUNTO MEDIO

YUCATÁN ES UNO de los estados con mayor número de suicidios, cifra que va en aumento año con año. También tiene uno los niveles de ingesta de alcohol más altos del país. En reveladora entrevista, Manuel Ruiz Mendoza, subdirector de Salud Mental de la Secretaría de Salud del Estado, señala que “en todos los suiciodos de hombres está involucrada una adicción; la mitad es adicción al alcohol”. Hacemos énfasis en este vínculo no con ánimo de anécdota, sino con el objetivo de que se tomen medidas al respecto. En los últimos meses hemos sido testigos de la proliferación de expendios de alcohol, que podrían disparar las muertes por propia mano en el Estado. ¿La prohibición es, entonces, la clave? No. Para nada. Sin embargo, sí se requiere una vigilancia mayor a la ley actual, buscar que ésta se cumpla y no pretender evadirla. Nos hemos acostumbrado a vivir con esa forma de matar. De matarse. En 2002, Yucatán se conmocionó cuando un niño de diez años se suicidó en Umán. La causa fue que le quitaron a su mascota: un venado. El caso, incluso, llegó a la prensa nacional y se recordó durante años. Sin embargo, nuestro asombro se ha ido apagando, sofocado por las decenas de historias similares que leemos todos los días.

LA NOTICIA  es muy buena y la informó ayer nuestro compañero Roberto Ojeda: Yucatán promete para convertirse en el “Nuevo León” del sureste, de acuerdo con Saúl Ancona Salazar, titular de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur). Tiene razones el Secretario para sostener lo anterior: llegan 13 nuevos hoteles, se incluye a Progreso en la primera Zona Económica Especial y se espera la llegada de empresas de distintas ámbitos.   Todo eso es muy bueno: no podemos quedarnos atascados con los recuerdos del oro verde o pensar que basta con vender artesanías en el malecón o sembrar chile habanero en el Cono Sur. No obstante, ojalá que así como don Saúl parece entregar buenas cuentas a la ciudadanía, también así lo hagan las futuras autoridades en lo que refiere a seguridad, desarrollo social y ecología, tres ámbitos en los que el Gobierno comienza a quedarnos a deber. De esta forma, las grandes inversiones y la nueva infraestructura que se generará con este dinero no debe implicar que terminemos por parecernos al norte del país. El progreso siempre trae cambios, de acuerdo, pero éste debe ponerse en marcha con apego a la ley, orden, y visión. De lo contrario es otra cosa. De lo contrario es retroceso.

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