SEGUNDA PLANA – PUNTO MEDIO

POCOS SERVICIOS públicos son tan sensibles y tan importantes para la ciudadanía como el transporte urbano. Ésa es la razón por la que surgió el Sistema Integral de Transporte Urbano (Situr), que representa un esfuerzo estructurado y a largo plazo del gobierno estatal para, por ejemplo, contribuir no sólo a que los trabajadores de todos los niveles lleguen a tiempo a sus responsabilidades, sino también a que las empresas eleven su nivel de competitividad y así estén en condiciones de generar más empleos. Resulta entonces preocupante que el director de Transporte estatal, Humberto Hevia Jiménez (página 4), reconozca que el Situr está en riesgo de quedarse a medias, pues apenas va en la primera de las cuatro etapas que se proyectaron para consolidarlo. Por la importancia que tiene el servicio, y por la forma en que están planteados el Situr y su evolución, es muy importante que el proyecto continúe e incluso reciba más impulso, sin que ni gobierno ni sociedad se cierren a otras opciones para cubrir el rubro del transporte en una urbe que no sólo se desarrolla a pasos agigantados, sino que lo hace con insuficiente planeación.

EL DEL TRANSPORTE urbano no es un problema cualquiera, sino uno que tiene muchas aristas y varios protagonistas, lo que ocasiona que conseguir los consensos necesarios para concretar mejores opciones sea muy difícil. El titular de Transporte estatal no lo dice directamente, pero parece obvio que para que el Situr continúe desarrollándose se requieren más fondos federales, y no pocos. Y en tanto, los concesionarios ya empiezan a agitar las aguas recordando que hace ya años que las tarifas que tienen autorizadas, sobre todo la social subsidiada, no se mueven, al contrario de lo que sucede con sus principales insumos, como combustibles y refacciones. ¿Cómo plantearles a los usuarios del transporte urbano la necesidad de que las tarifas suban para que el servicio pueda ser costeable y mejorar? ¿Cómo hacerlo si los niveles salariales siguen igual o peor que hace uno o dos años? ¿Cómo pedir, en un año (2018) que será de más recortes, fondos federales adicionales para paliar un problema tan antiguo? El panorama es muy complicado.

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