VALE LA PENA reflexionar acerca de la advertencia que el presidente Enrique Peña Nieto hizo a los mexicanos, en el sentido de que deben tener cuidado con el populismo porque éste impulsa “posiciones dogmáticas que postulan soluciones aparentemente fáciles, pero que en realidad cierran espacios de libertad y participación a la ciudadanía”, es decir, van contra la democracia. Parecería acertado el consejo, pero habría que acotarlo y señalar, por ejemplo, que el populismo sigue siendo parte de la estrategia de prácticamente todos los políticos, quienes tienen la arraigada costumbre de mentirle al pueblo, o por lo menos tratar de dorarle la píldora. En cuanto a este nuevo mensaje presidencial, hay coincidencia en que al hacer sus advertencias contra el populismo Peña Nieto tenía en mente a Andrés López Obrador, populista y mesiánico acendrado, quien para mala fortuna de sus detractores está aprovechando cada error de los gobiernos, cada plan fracasado o enmendado, cada angustia de los votantes ante políticas y programas fallidos, mientras los ciudadanos padecen la violencia imparable y hasta se ríen –no les queda otra– de los abundantes casos de impunidad que se conocen todos los días en nuestro país (agregue usted los que no se conocen).
POR SI ALGUIEN tenía la duda, los líos en que está metida la presidenta Nacional del PRD, Alejandra Barrales Magdaleno, evidencian que en cuanto a corrupción la mujer y el hombre son capaces de alcanzar los mismos altos niveles. La señora Barrales ha quedado en el ojo del huracán primero porque se supo que compró un departamento en Miami que tiene valor de un millón de dólares, lo que evidencia un nivel de riqueza que no se le conocía, además de que la política de izquierda ocultó ser dueña de tal propiedad. Aún no sale de ese berenjenal y ya se descubrió que ha sido objeto de un embargo a una de sus propiedades por un presunto adeudo de 12 millones de pesos como parte de un conflicto mercantil. Por cierto, la táctica que ha usado Barrales ante tantas críticas ha sido la misma que usaría cualquier hombre, o sea, negarlo y minimizarlo todo.
LAS REDES SOCIALES que tantas cosas falsean permiten también, sin embargo, conocer de primera mano casos dramáticos que afectan a personas comunes, como los dos ancianos canadienses que, atraídos por la fama de tranquilidad de Yucatán y su costa, vinieron a vivir a Chicxulub. Eran felices hasta anteayer, cuando el viejito tuvo que ser hospitalizado por problemas en un riñón, y cuando su esposa regresó a la casa se encontró con que la habían saqueado los ladrones. Ahora está desconsolada y ya piensa volver a su país de origen. La frecuencia con que suceden este tipo de casos –que también conocen muy bien los dueños mexicanos de casa veraniegas–, principalmente en Progreso y sus alrededores, nos autoriza a hacer un par de planteamientos: 1) los extranjeros que vienen a dejar divisas tan necesarias en nuestro estado poco a poco irán desilusionándose ante tantos robos de que son víctimas incluso estando en sus casas; y 2) se hace cada vez más evidente que el actual alcalde progreseño, José Cortés Góngora, desconoce lo que sucede en su municipio, y así es difícil que dé solución a los problemas, incluyendo los de seguridad. La consecuencia de los crecientes abusos contra extranjeros en nuestra tierra ya la señaló ayer un usuario de redes sociales: Habrá más pobreza, marginación y delincuencia en la franja costera.
SE CUMPLIERON ayer 23 años de la muerte del candidato priista a la Presidencia Luis Donaldo Colosio Murrieta, muerto de un balazo a la cabeza y otro al estómago en Tijuana, pero al menos en Yucatán el aniversario fue casi un desperdicio porque los discursos se centraron en ponderar una vez más las ideas que alcanzó a exponer el malogrado político, y sobre todo su último discurso. No se vio un verdadero afán por profundizar en el ideario de Colosio, de hacer un análisis para ubicar el momento histórico que vive el PRI, o al menos hacer un repaso para precisar qué ha pasado con tantos colosistas que hubo, algunos de los cuales han guardado en oscuro cajón sus ideales, discursos y compromisos, y otros, más drásticos, incluso anunciaron su retiro de la política. ¿Qué diría Luis Donaldo del PRI actual? Ahí queda de tarea…
