Team Amlozoya

Armando Escalante
Periodista y analista político

Primer acto: “traen” de España a uno de los socios preferidos de Peña Nieto para que en las mañaneras se corra el telón, se enciendan los reflectores y le atribuyan al actor principal que él dijo (lo que le dictaron ahí mismo, en Palacio Nacional) una cantidad de calumnias y falsedades. La condición que puso para participar en la obra es quedarse en la comodidad de una suite hospitalaria, la más cara de México.

Segundo acto: ante un público medianamente enterado, pero deseoso de ver sangre, con ese guión de falsedades —que reproducen muchos medios—, el dueño del foro y sus socios intentan descalificar a los únicos que sí son los verdaderos y reales adversarios del peje. Los cómplices de la banda del actor principal ya no lo son y esos están tranquilos.

Tercer acto: Lozoya que ni es detenido, ni está siendo juzgado ni nada de lo que “diga” —lo escucharemos de su boca—, se los aseguro, es delito, se quedará muy tranquilo en la suite hospitalaria mientras el dueño del teatro lanza bolas de lodo para intentar que nadie cuente los casi 50 mil muertos que este fin de mes cargará en la conciencia, con prisa y rumbo para volverse 60 o 70 mil más al llegar el mes de diciembre.

¿Y cómo termina la obra? Pues como empezó, así de pronto, porque solo es una tonelada de lodo, impune lodo, para tratar de desviar la realidad: 20 millones de desempleados, miles muriendo, un país quebrado ahuyentando inversiones y una enorme estela de engaños para todo mundo. ¿Y el combate a la corrupción? Ah, ese fue parte del guión de otra puesta en escena anterior que terminó dándole millones de votos, de un público que sigue creyendo en los montajes y en los cambios de tramoya.

Quienes crean en este teatro o se dejen engañar por el director de la obra, solo son eufóricos —simples fans del ganso—, deseosos de creer en él y verle algún resultado. Los demás seguiremos esperando hasta cuándo van a darse cuenta que nos llevaron a todos a un gran error del que no se quieren hacer cargo y del que pocos no saldrán dañados.

El xix.— La semana pasada este último párrafo fue recortado de la publicación original y decía que habrá que organizar las elecciones pensando en que amlo no quiere que haya comicios. Añado ahora que el coronavirus tampoco quiere que haya campañas, candidatos y me temo que, elecciones. Contra ambos vamos a tener que luchar 12 meses.

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