El tifón Nanmadol generó ayer vientos feroces y lluvias récord al oeste de Japón, mientras una de las mayores tormentas que ha azotado el país en años causó la muerte de al menos dos personas, interrumpió el transporte y obligó a los fabricantes a suspender sus actividades.
El primer ministro, Fumio Kishida, retrasó su partida a Nueva York, donde debe pronunciar un discurso en la Asamblea General de la ONU.
“He pospuesto mi salida para hacer un balance de los daños causados por el tifón y tomar todas las medidas posibles para la recuperación”, dijo Kishida.
El decimocuarto tifón de la temporada en Japón tocó tierra cerca de la ciudad de Kagoshima, antes de azotar la isla occidental de Kyushu y rugir en la isla principal de Honshu el lunes por la mañana.
Un río de la prefectura de Miyazaki, en Kyushu, se desbordó e inundó campos y carreteras.
Texto y foto: Agencias
