Los trovadores que por años han acudido al malecón tradicional de Progreso con guitarra en mano amenizando las jornadas de los paseantes, ahora debido a la pandemia se han quedado sin casi nada.
Previo a la emergencia sanitaria era común verlos ir de palapa en palapa, de restaurante en restaurante, tocando sus melodías para recibir alguna propina, ya sea en pesos o si lo lograban en dólares por parte de los visitantes extranjeros.
Ahora son muy pocos trovadores los que acuden al puerto de Progreso, quienes luchan por conseguir algunas monedas ya que la afluencia en el malecón es muy poca, por lo que se acercan a las puertas de los restaurantes que captan clientes y tocan sus melodías con la ilusión de obtener algún ingreso.
La mayoría de estos trovadores se dirigen al restaurante “Crabster”, uno de los establecimientos que más comensales logra a la semana, donde tocan su guitarra y entonan su canto frente a los visitantes, quienes otorgan alguna propina.
Estos artistas así como el resto de los comerciantes del sector turístico esperan con ansias alguna reapertura a la zona de playas de malecón, para que de esta forma puedan recuperarse económicamente, ya que llevan prácticamente seis meses sobreviviendo de una u otra manera.
Texto y foto: David Correa
