Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
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¿Hasta dónde somos capaces de llegar? ¿Hasta qué punto los sueños tienen limitaciones? Estamos a 500 días de disfrutar de los Juegos Paralímpicos de París 2024, en lo que será uno de los eventos deportivos más grandes que se hayan recibido en Francia con la esperada participación de 4,400 atletas de más de 180 países que nos demostrarán que en la vida como en el deporte no hay obstáculo que no podamos superar.
Amalia Pérez Vázquez llegó al mundo en julio de 1977 en la Ciudad de México, tras su nacimiento fue diagnosticada con artrogriposis congénita, enfermedad que afecta a los músculos y articulaciones limitando el movimiento. En el caso de Amalia, le afectó las extremidades inferiores ocasionando que requiriera de una silla de ruedas para desplazarse.
De esta forma fue que llegó el deporte a su vida, como le ha llegado a otras tantas personas, como mecanismo de rehabilitación, pero no solamente físico, el deporte también nos puede rehabilitar el alma. Basquetbol, natación, atletismo y tenis de mesa fueron algunas de las disciplinas que practicó durante la primera etapa de su vida, pero aún faltaba la que la convertiría en una leyenda.
A los 18 años comenzó a entrenar powerlifting o levantamiento de pesas, deporte adaptado que requiere de un gran entrenamiento y desarrollo de fuerza en los brazos considerando la limitación de las piernas. Este deporte cambiaría totalmente la vida de Amalia cuando tras un par de años en competencias nacionales e internacionales llegaron los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000.
En su trayectoria como deportista ha tenido la oportunidad de representar a México en las ediciones de Sídney, Atenas, Beijing, Londres, Río y Tokio, seis Juegos al hilo en los que no solo ha estado presente, sino que también ha logrado subirse al podio en todas las ocasiones, teniendo dos medallas de plata y cuatro preseas doradas, estas últimas de manera consecutiva, lo que la ha convertido en tetracampeona paralímpica de su deporte.
Los Juegos Paralímpicos de Tokio también le dieron la oportunidad de ser abanderada de la delegación mexicana portando con orgullo el lábaro patrio en el desfile de delegaciones, y aún cuando no llegó como la gran favorita a la competencia, demostró que el secreto del éxito es dar lo mejor de una misma hasta en el último levantamiento y aún a los 44 años podemos estar en la plenitud de nuestra vida deportiva.
Seguramente la veremos en París 2024 en lo que ella misma ha denominado sería el lugar perfecto para terminar aquella aventura que inició en Sídney 2000. Esposa, madre, entrenadora, atleta, mexicana, Amalia Pérez es un gran ejemplo de lo que representan las mujeres en el deporte, fortaleza, superación y sobretodo, la confianza de que es posible cumplir nuestros sueños sin importar los años que han pasado, ni las condiciones que se nos presenten.