Quien vive con odio en su corazón permanece en la muerte: Padre Mukul

El párroco de la Purísima Concepción concelebra con los diáconos la misa del Día de los Fieles difuntos en el cementerio del puerto ante más de 3 mil personas. “Para Dios todos están vivos”, dice.

A LAS PUERTAS DEL CEMENTERIO GENERAL se ofició la misa de la Fiesta de los Fieles Difuntos, a cargo del párroco de La Purísima Concepción y San José, Francisco Mukul Domínguez, quien concelebró con los diáconos permanentes José Chan Díaz y Carlos Pérez Vidal la misa de los difuntos, que por vez primera se hizo con mariachis, específicamente con la agrupación Luz de Luna.

“En la Sagrada Escritura podemos descubrir varios momentos en los que el Señor Jesucristo sintió compasión por las familias ante la situación de la muerte; así podemos nosotros leer cuando a una viuda se le había muerto su hijo y Cristo lo resucita”, señaló el párroco de la ciudad.

A la misa asistieron unos 3 mil 500 feligreses, quienes luego entraron al cementerio para depositar flores y veladoras en las tumbas de sus familiares fallecidos.

“Quien vive con odio en su corazón, permanece en la muerte. Eso es para que recordemos que la muerte significa únicamente el paso a otra vida. La Iglesia nos enseña eso y que con la muerte no se acaba todo, de hecho nosotros no celebramos la muerte, celebramos la vida. Y estamos reunidos aquí para recordar a nuestros hermanos difuntos que se han adelantado en el camino, pero estamos celebrando también la vida”.

“Nos llenamos de esperanza de esta manera a la vida eterna, si queremos tener la vida eterna, lo que tenemos que hacer por nuestros hermanos, bien sabemos que tenemos que hacerlas en vida, cuando están con nosotros hay muchas cosas qué hacer por ellos, cuando han pasado a una vida mejor lo que podemos hacer es orar por ellos, nuestros difuntos”, añadió.

“Al visitar el cementerio nos llenamos de tristeza, pues al pensar en el cementerio, lo primero que pensamos es en la muerte, pero también tenemos que pensar en la palabra de Dios que aunque nos llena de tristeza tenemos que llenarnos de esperanza, pues tenemos que tener muy presente que con la muerte no se acaba todo”, puntualizó.

Sostuvo que hay que encontrarle pues ese doble sentido de tristeza y esperanza, cuando les traemos flores a los difuntos es un símbolo de esperanza; les traemos flores vivas que representan que algún día nos volveremos a reencontrar con ellos.

No hay que olvidar que el amor es la que nos va a dar la vida eterna, para Dios todos están vivos.

 

Texto y fotos: José Luis Chavarría

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