Yucatán, con flora potencial para la elaboración de fármacos

Por sus condiciones climáticas y geográficas, la Península de Yucatán cuenta con 2,300 especies de plantas con flores, 168 son endémicas o nativas, de las cuales 15 especies cuentan con el potencial para desarrollar fitofármacos comerciales, que en un futuro podrán tratar padecimientos como la malaria, tuberculosis, el cáncer o una infección como es el VIH.

En Yucatán, durante mucho tiempo se utilizó el agua donde se lavaba la fibra de henequén que era rica en hormonas esteroidales, que derivó en la fabricación de la píldora anticonceptiva,  y también se utilizó para antiflamatorios naturales, proyectos que respaldó la compañía GlaxoSmithKline.

Desde tiempo atrás

Luis Manuel Peña Rodríguez, investigador titular de la Unidad de Biotecnología del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) comentó que el interés por estudiar las plantas, como fuente potencial de fármacos, viene desde hace mucho tiempo.

“Hoy día, muchos fármacos están hechos de productos naturales o derivados de componentes naturales”comenta el doctor en química.

Debido al conocimiento tradicional que se tiene de ellas, las plantas son las más estudiadas. “México es un país muy rico en grupos étnicos, que a su vez tienen un número importante de plantas utilizadas en la medicina tradicional para curar todo tipo de enfermedades”, abundó.

Siguiendo el conocimiento etno-médico, las investigaciones se trabajan en productos que pudieran curar algún padecimiento.

Las investigaciones parten de diversas estrategias. “El uso y conocimiento de las plantas es una forma de llevar al cabo el trabajo”, comentó.

Las indagaciones pueden seguir a la familia botánica a la que pertenecen, el tipo de productos que se realizan u observaciones de campo.

“En ocasiones vemos que algunos animales consumen ciertas plantas para curarse o desparasitarse, eso también es una fuente de información importante –explica.

Enfermedades, el primer interés

El primer interés del equipo de trabajo son las enfermedades, que permiten evaluar las plantas.

“Sin embargo, nosotros realizamos un estudio muy amplio, de aproximadamente 20 plantas, que se reportaban como medicinales en la medicina tradicional yucateca. Algunas de ellas, sólo se mencionaban sin especificar que padecimientos alivian”, comentó.

El grupo de Química Orgánica de la Unidad de Biotecnología de CICY, abundó el investigador, se dio a la tarea de seleccionar una batería de 15 especies para probar diferentes propiedades de las plantas con propiedades antibióticas, anticancerígenas y antituberculosas.

Con base en ello, se aclaró que plantas tienen propiedades medicinales o farmacológicas, lo que permitió desarrollar el estudio.

Plantas medicinales

La lista de las plantas medicinales endémicas de la Península de Yucatán es la siguiente:

Pixtonkáak (Aysenia fasciculata), Ya’ax hool (Bakeridesia gaumeri), Yax’tel (Bonelia flammea), Azar del monte o bakalche (Bourreria pulchra), Sakpah o nancen agrio (Brysonima bucidaefolia), Sakboob o manzanilla (Coccolona cozumelensis), China may, sak-nak-che’, vara prieta o manzanita (Colubrina greggi).

X-nobche’ (Diospyros anisandra), Uste’ (Erythroxylum beqaertii), Sak hool o majagua (Hampea trilobata), Buy-ak’, pe’ek o ch’en pe’ek (Serjania adiantoides), huaya (Serjania adiantoides) y  Subul o ébano amarillo (Sideroxylon foetidissimum).

Si bien algunas plantas, que contienen ingredientes anti fúngicos, permiten controlar plagas en frutas como mango o vegetales como el aguacate.

También se trabaja con Serjania yucatanensis para curar el mal de chagas, enfermedad ocasionada por parásitos protozoarios.

“El potencial que tiene esta planta no es para crear un fármaco, sino desarrollar un fitofármaco (producto elaborado a base del extracto de la planta). Para eso necesitamos tener un buen control de calidad y referencia del producto”, abundó el investigador.

Hoy día existen muchas enfermedades que carecen de cura, situación que ocupa  a los investigadores de Yucatán.

Sin embargo, el grupo de las enfermedades huérfanas como la leishmaniasis, la giardasis, el mal de chagas o tripanosomiasis y la malaria, por tratarse de padecimientos que atacan a los países en desarrollo, son las que más ocupan al sector de la investigación.

“Aunque no hay los fondos económicos para trabajar, nosotros continuamos con nuestras investigaciones”, resaltó el entrevistado.

También la tuberculosis está en la mira de los investigadores, pues si bien era una enfermedad controlada, en los últimos años, empezó a resurgir, pues las cepas son resistentes a los fármacos actuales.

Pero los llamados males del síndrome metabólico,  como diabetes, obesidad e hipertensión, acapararon las miradas de la comunidad científica, sobre todo por el estilo de vida que se lleva hoy día.

“Se requiere de fármacos que ayuden a controlar este tipo de enfermedades”, comentó Peña Rodríguez.

Recientemente, en la Península hay un grupo de plantas que fueron utilizadas para aliviar algunos padecimientos de la diabetes, hipertensión o ayudar en el tratamiento para bajar el peso.

“El hecho de estar reportadas para este tipo de problemas, nos permite conocer  para qué se requiere y cuáles son sus componentes”, mencionó.

Esta situación permitió al CICY realizar sinergias con investigadores de la Ciudad de México, para validar las propiedades medicinales de  la albahaca de monte o el mangle negro, para que se pueda  perseguir los componentes necesarios para los fitofármacos.

Un año de estudio

Sobre la posibilidad de ampliar la lista de las 15 plantas endémicas, el doctor mencionó que siempre se buscan más plantas, sin embargo, sus estudios requieren de aproximadamente un año o año y medio.

“Si tenemos 15 plantas, hablamos de un trabajo de 15 a 20 años, que están asegurados. Afortunadamente hay gente interesada en estos problemas. Vamos a incorporar plantas, a veces, como el resultado de algunas convocatorias”, precisó.

Trabajo multidisciplinario

Durante las investigaciones se requiere de un equipo disciplinario en el que participan biólogos para apoyar en la ubicación e identificación de las plantas, especializados en farmacología o inmunología, ayudan en la detección de los extractos naturales; médicos involucrados en la investigación, así como los químicos que se encargan de realizar los procesos de purificación.

La piedra angular en este proceso son los herbolarios, por su conocimiento que tienen sobre las plantas.

Proceso largo

La producción de un fármaco es un proceso bastante largo, que lleva un mínimo de 15 años.

A pesar de que México tiene una tradición en estudios de productos naturales, como fuente de fármacos, hoy día los proyectos están frenados por la falta de recursos.

Además, las investigaciones compiten con otros proyectos.

Irbin Flores Palomino  

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