Por Viviana Rivera*
De cara al proceso interno para renovar la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional nos topamos con la renuncia a 46 años de militancia de uno de los referentes más importantes del priísmo a nivel nacional.
El Doctor José Narro representa aquella generación de líderes que vivieron en carne propia la transformación de la vida pública y democrática de nuestro país, estuvo en tiempos de bonanza y en las primeras derrotas resultado de la alternancia.
Ante la crisis que vive el PRI a consecuencia de las elecciones del 2018, Narro fue una de las figuras que levantó la mano para poner al servicio del partido su experiencia dicho en palabras propias y tratar de revivir al partido que enarboló por muchos años causas sociales.
La salida de Narro, y su renuncia a ser parte de la simulación desviste el nivel de crisis que vive el Partido Revolucionario Institucional. Al parecer las cúpulas no aprendieron de la derrota en 2018, parece que el mensaje que emitió la ciudadanía no fue recibido con éxito por aquellos que se aferran a la forma antigua de hacer política.
¿Se podrá convertir José Narro en el referente opositor al actual Gobierno Federal?, la insinuación de parte del ex rector de la UNAM al señalar que él mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador estaría involucrado en el proceso, nos hace pensar que las viejas prácticas nunca se han ido, que aún con todos los avances en materia democrática y el intento de la ciudadanía por involucrarse en la transformación del país es nada a lado de la búsqueda por centralizar el poder.
Se dice qué hay un favorito, un personaje ungido para guiar al “nuevo PRI”, un líder que tiene la bendición no solo del ex presidente Enrique Peña, sino también del actual Presidente con quien se le ha visto muy colaborativo.
¿Ha aceptado el PRI convertirse en un partido satélite a expensas de negociar el poco poder y presencia que le queda? ¿Es acaso que la cúpula priísta acepta vivir bajo la sombra de un nuevo partido de Estado?
Tanto al PRI, como al PAN les había costado entender y entrar de lleno en la dinámica de la oposición; pareciera que tantos años compitiendo entre sí los alejó de la realidad que se vive en las calles.
Si no existe freno y contrapesos verdaderos al nuevo gobierno, ¿quién hará frente a las medidas con las que la ciudadanía no esté de acuerdo?
Parece inevitable la llegada de Alejandro Moreno Cárdenas al CEN del PRI y con ello el comienzo de una luna de miel entre viejos conocidos, pronto veremos el nacimiento del PRIMOR de México.
*Politóloga y analista
