Salvador Castell-González
Este mes de mayo fue algo diferente, azotados por olas de calor que no nos daban tregua en el estado que fueron bellamente adornadas por las auroras boreales totalmente atípicas, y, como consecuencia, una euforia forestal.
Si algo ha quedado claro es que las acciones y políticas públicas que se han implementado a lo largo de los años han sido insuficientes y no han permeado como una solución a largo plazo.
También es cierto que nuestro papel en este deterioro también es tangible, y la falta de compromiso de la ciudadanía que se queja de sus parques secos, pero no se apropia del espacio para darle vida. Existen contadas excepciones ciudadanas que se han apropiado del espacio y buscan mejorar su comunidad. Mi reconocimiento para todos ellos.
Con una preocupación creciente, rompiendo todos los récords de temperatura día tras día, la depresión generalizada de los que cohabitamos aquí en este planeta Tierra. Pero la realidad es que nos cuesta trabajo aceptar nuestra propia responsabilidad en el deterioro planetario.
Es por eso, después de una ola de acciones y recomendaciones que han sido vertidas en las redes sociales que vuelvo a lanzar una propuesta que se ajusta más al momento que hoy estamos viviendo. Hoy más que nunca necesitamos candidatos comprometidos y, que con hechos en la victoria o en la derrota, se comprometan a hacer más y mejor para asegurar el bienestar de todas las personas y de nuestros ecosistemas.
Hoy invito a los candidatos a comprometerse con nuestro reto por la Tierra y no solo prometer árboles si ganan, sino que incluso en la derrota de manera colectiva sigamos trabajando por impulsar el desarrollo sostenible en Yucatán. Hace 3 años lanzamos “un voto, un árbol”, pero las condiciones de hoy nos piden que no solo sea un árbol sembrado, sino un árbol que sobreviva e impulse la generación de microclimas, un árbol que permee el agua, un árbol que sirva de refugio y alimento para nuestras especies locales. Yo no pido ni dos, ni tres árboles plantados, con uno, que sobreviva por cada voto sería un gran avance.
México y especialmente Yucatán siempre ha sido un ejemplo de innovación, que se reinventa para mejorar. Hoy debemos reinventarnos para ser una sociedad más justa, consciente y sostenible. Hoy, en verdad necesitamos candidatos con propuestas transversales del agua, de sostenibilidad y de innovación social.
Hace unos meses en mi columna aquí propuse “un árbol cada año, un árbol cada año”, te imaginas que cada voto se convirtiera en 3 o 6 árboles que sí sobrevivieron. Esto sería un gran ejemplo en la gestión sostenible, al medir, prometer y reportar árboles supervivientes y no posibles árboles y asi demostrar que hay interés de establecer acciones y transformaciones reales. Un poco menos de circo electoral y un mucho más de compromiso.
Yo siempre digo, todas las acciones suman, pero acciones informadas y colectivas, multiplican.