Con la Misa Crismal, sacerdotes renuevan sus promesas en Semana Santa

El arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, con todo los cuidados ya que guarda reposo por lesiones que tiene en la muñeca y clavícula a raíz de un accidente, encabezó en el Miércoles Santo la Santa Misa Crismal, en la que 180 sacerdotes, 30 diáconos y cuatro obispos renuevan sus promesas sacerdotales.

También se bendicen los óleos, que contienen tres principales aceites: el Santo Crisma, donde los sacerdotes participaron en esta bendición, extendiendo su brazo derecho; el que sirve para los bautismos, confirmaciones y la ordenación sacerdotal, y el óleo de los enfermos y de los catecúmenos que se utilizan para los bautismos.

En la celebración eucarística también estuvieron el arzobispo emérito, monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, y el obispo auxiliar Pedro Mena Díaz.

La Catedral del San Ildefonso lució lleno de fieles, donde el Arzobispo explicó que están participando en esta Eucaristía, que es única en el año y única en cada diócesis del mundo; Eucaristía que es parte de la fiesta del Jueves Santo, la cual celebra la institución de la Sagrada Eucaristía, mientras que esta celebra la institución del sacerdocio ministerial.

“En ssta Misa Crismal podemos decir con toda verdad que es como una fuente que hoy inauguramos, y como una compuerta que se abre y mana desde este altar y que durante todo el año fluirá como un río de gracia que se extenderá sobre todo el territorio de Yucatán, y que alcanzará a cuantos vengan a participar de la vida de gracia de nuestra Iglesia”, agregó.

Expresó que el Crisma que aquí se consagra ungirá la frente de todos los bautizados y confirmados, lo mismo que las manos de los próximos sacerdotes que serán ordenados; mientras que el óleo de los catecúmenos ungirá el pecho de los que van a ser bautizados, y el óleo de los enfermos ungirá y fortalecerá a nuestros hermanos enfermos trayéndoles la salud de su alma y, si Dios lo quiere, también la de su cuerpo.

“La corriente de gracia brotará igualmente desde las manos sacerdotales, de todos los presbíteros que hoy renuevan las promesas hechas el día de su ordenación”, aseveró.

Refirió que con esta Eucaristía se renuevan no sólo los amados sacerdotes, sino que prepara a toda la Iglesia, que en esta Pascua lleva a cada uno de sus miembros a renovar sus promesas bautismales.

Por su parte, el director de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Yucatán, sacerdote Jorge Martínez Ruz, mencionó que en la Misa Crismal los sacerdotes renuevan sus promesas de obediencia de trabajo y esfuerzo de estar trabajando con el Señor, y en la misa crismal se bendicen los aceites que sirven para los sacramentos.

Texto y foto: Darwin Ail