Mulán e indignación artificial

Por Gerardo Novelo

Ya sé, el tren de la semana es La Sirenita. Imposible no comentar al respecto. Pero otros en este periódico ya hicieron observaciones respecto al tema y, aunque el caso es ancho, la información que hay es limitada (literalmente solo tenemos el nombre de la actriz) así que lo que se puede decir ya se dijo. Nomás me limito a una oración: se ven ridículos sintiéndose insultados por el color de piel de un personaje mitológico.

Okay, ahora sí. Pasemos a una “noticia” de otra princesa que resultó opacada casi de inmediato por Ariel. Salió a internet “información” sobre el futuro remake de Mulán, en donde varios noticieros afirmaron que el personaje de Mushu sería reemplazado y su rol en la narrativa lo ocuparía un ave, mientras que las secciones musicales de la película pasarían a ser instrumentales. ¿La razón? No querían ofender a la comunidad china.

Yendo por partes. Uno: la susodicha noticia no es más que un rumor nacido de una página turbia con sospechosa autoridad. Podría haberla inventado y publicado yo en mi Facebook y sería igual de legítima. Este tipo de blogs se dedican a perseguir todos los “rumores” que puedan, sin importar que tan ciertos sean, y publicar tantos como sea humanamente posible. De tanta basura, alguno tiene que pegar para darles “confiabilidad”.

Así que, de entrada, la idea de que Mushu y los musicales sean cortados de Mulán es imposible de confirmar. Por el momento, es falso hasta que una fuente fiable diga lo contrario. Y, si es demostrado correcto, diría más de la suerte del chisme original que de su credibilidad.

Dos: la susodicha noticia no incluye en lo más mínimo el motivo de los cambios. Alguien, en algún lado, vio el reporte del rumor y decidió que la razón era por evitar ofensas imaginarias. Y esa alteración del rumor se popularizó, porque es muy fácil difundir algo diciendo que ofende a alguien, pues la idea de que alguien se ofenda hace que otros alguienes se indignen, y la indignación vende muy bien.

Y ahí va el punto de este artículo: las personas no se ofenden tanto como los medios de comunicación te han convencido. Simplemente es muy sencillo crear indignación con señalar algo y decir que alguien, en algún lado, se está ofendiendo por eso. Y así terminas con, sí, muchas personas ofendidas por la idea ficticia de que otras personas imaginarias se estén ofendiendo por algo. Es un muy curioso trabalenguas de deshonestidad periodística.

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