El 30 de abril el nivel de la presa Pantabangan era de casi 50 metros por debajo del normal; no es la primera vez que resurgen los restos de este asentamiento
La sequía, las elevadas temperaturas de las últimas semanas y la explotación de las fuentes de agua han hecho descender a niveles históricos los embalses en Filipinas.
Un antiguo asentamiento en el norte del país ha resurgido debido al descenso de la presa de Pantabangan, en la provincia de Nueva Écija. El poblado de alrededor de 300 años quedó sumergido en la década de 1970 por la construcción de esta obra hidráulica.
El 30 de abril el nivel de la presa Pantabangan era de casi 50 metros por debajo del normal. No es la primera vez que resurgen los restos de este asentamiento, desde que se construyó la presa, hace más de 50 años, al menos en seis ocasiones han sido vistos.
Cuando se construyó la presa cientos de residentes de los pueblos y las granjas que quedaron sumergidas fueron trasladados por el gobierno a terrenos más altos.
Las ruinas se convirtieron en un atractivo turístico y los visitantes pagan alrededor de cinco dólares a los pescadores para que los transporten en bote al medio del embalse, donde la ciudad aparece en una isla temporal.
Los visitantes desafían el calor extremo para ver los restos del pueblo, en las últimas semanas se han registrado temperaturas de sensación superiores a 40°C. Como gran parte del sudeste asiático, Filipinas se ha visto azotada por un calor abrasador.
La represa Pantabangan tiene diferentes usos, entre ellos está el riego para el arroz, cultivo que demanda mucha agua, y para generar energía hidroeléctrica. La caída del nivel del agua obligó a detener la actividad de dos centrales hidroeléctricas a inicios de abril.
Además de las afectaciones en el sector energético, los agricultores han tenido que reemplazar el cultivo de arroz por hortalizas que demandan menos agua que el grano-
La actual sequía en Filipinas trae el recuerdo de los años 2016, 2017 y 2019 donde una situación similar dejó millonarias pérdidas en la agricultura. El 74 por ciento de la población vulnerable está concentrada en el 60% del territorio total.
El Niño, la razón
Los meses de marzo, abril y mayo suelen ser los más calurosos y secos en Filipinas pero las condiciones de este año se han visto agravadas por el fenómeno climatológico El Niño.
El mes de abril de 2024 ha sido más seco de lo normal, tan solo se acumuló el equivalente al 25 % de lo que normalmente se registra en el cuarto mes del año. De no ocurrir un inicio de la temporada de lluvia con acumulados importantes el descenso de las presas continuará.
El Niño finalizará al acabar la primavera boreal, mientras que en el verano boreal iniciará La Niña, patrón que típicamente provoca condiciones más húmedas en el sureste asiático entre junio y agosto.
A partir de mayo inician las lluvias en el archipiélago, siendo la estación de verano donde se acumulan los mayores valores. Tan solo en Manila el promedio de lluvia en agosto ronda los 500 mm.
Texto y foto: Agencias