Sugieren someter el carnaval a evaluación

El gestor cultural Jorge Iván Rubio Ortiz señala que las fiestas de carnestolendas están condicionadas por los intereses de las empresas patrocinadoras y que se debería procurar la promoción de la cultura.

 

A cuatro años del cambio del derrotero del Carnaval, las autoridades deben evaluar esta decisión para conocer qué beneficios trae a la ciudad, así como el camino a seguir, opinó el gestor cultural Jorge Iván Rubio Ortiz.

–Por el transcurso de los años, el Carnaval perdió mucho, ya no era una celebración familiar, ni de la cultura y las artes. Terminó, desgraciadamente, en una cantina espantosa en gran parte de la ciudad –comentó.

El cambio del derrotero al recinto de la Feria Yucatán Xmatkuil permitió que esas instalaciones puedan usarse en otras épocas del año, aunque el formato de las carnestolendas debió cambiar.

–El carnaval original de Mérida perdió su sentido y esencia. El de Xmatkuil tiene que hacerse diferente, no se puede seguir igual porque está en un sitio completamente diferente al original –añadió.

Al tener el carnaval un público específico, los organizadores deben dotarlo de los atractivos que la gente espera. Por ello, es necesario un análisis y un estudio de lo que pudieran ser los festejos al Dios Momo en Xmatkuil.

–Lo que sí no es admisible es que regrese a donde se hacía antes, independientemente de toda la cuestión económica, el cuidado de las plantas y ese tipo de asuntos –dijo.

El cambio de sede correspondió a la nueva realidad de la ciudad, pues Mérida ya no es aquella en la que crecieron nuestros abuelos y padres. Ahora es cosmopolita, argumentó el entrevistado.

Las voces disidentes aseguraron que sacar la fiesta a las afueras de la ciudad ocasionó un perjuicio para los visitantes. Rubio Ortiz, medalla de Periodismo de Espectáculos, consideró que “el Carnaval de Mérida no tiene comparación con los carnavales que se realizan en otras partes de la república y del mundo”.

–No creo que alguna persona, hace unos años cuando el desfile se hizo en el centro, planee venir para el Carnaval. No es un atractivo turístico como sí lo son las zonas arqueológicas –añadió.

Hoy día, el turista que visita nuestra ciudad en estos días puede disfrutar de la tranquilidad de Mérida, sin que esté intervenida como en años anteriores, ejemplificó.

Independientemente si es un evento del pueblo o ya no, el también comunicador aseguró que “en el Carnaval priman los intereses económicos de las cerveceras, refresqueras y botaneras. La fiesta se torna en lo que ellos desean provocar: mayor venta de sus productos”, dijo.

“Entonces, cómo nosotros vamos a tener un carnaval más cercano a las manifestaciones tan ricas del arte y la cultura que hay en Mérida, si los patrocinadores que sólo buscan incrementar las ventas de sus productos. Estamos más sujetos a los intereses de las empresas, que los de la sociedad”, expuso.

 

Texto: Irbin Flores Palomino
Foto: Juliana Sepúlveda

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