Una obra innecesaria

Para el presidente del Colegio Yucateco de Arquitectos, Elías Cisneros Avila, más que infraestructura como puentes, pasos peatonales y a desnivel, lo que Mérida necesita con urgencia para que revolucione su movilidad es que se invierta en tecnologías para convertirla en una Smart City.

–Ya estamos en un momento crítico, en donde se debe pensar en la supra infraestructura, lo que ayudará no solo a la movilidad, sino a todos los demás servicios que debe proporcionar una ciudad inteligente–dijo.
Este 4 de julio se cumple un aniversario más de la golpiza a ciudadanos (y también políticos) que protestaban por la construcción del paso deprimido en el 2011, en lo que por mucho tiempo se llamó la glorieta de Burger King, en la conjunción de Prolongación de Paseo de Montejo con Circuito Colonias.

Esa obra, recordó Cisneros Avila, primero fue muy cara y no solucionó el problema de la vialidad en la zona porque “convirtió un punto amarillo en varios puntos grises a los alrededores, además de que hubo cambios en la vialidad que provocaron que la gente de más vueltas para llegar a sus destinos, principalmente los que transitan sobre la Avenida José Díaz Bolio”.

–La glorieta si presentaba cierto grado de conflicto vial, pero era en ciertos momentos, en las salidas de las escuelas, pero no era un grave problema, por ello, lo que hemos visto con el paso del tiempo, es que el problema se repartió en varios lugares alrededor–advirtió el especialista.

Uno de los organismos de la sociedad civil que más cuestionaron el proyecto y después la obra, fue precisamente el Colegio Yucateco de Arquitectos, cuyos miembros la reprobaron por ser demasiada cara e innecesaria.

–Nosotros pensamos que se debieron y no se hicieron en su momento estudios más integrales de la movilidad en la zona, sino que se decidieron hacer un proyecto corto de visión, con cierta miopía en cuanto al urbanismo–indicó.

Ello, recalcó, demuestra lo que siempre han dicho a los funcionarios, que se acerquen a los colegios de profesionales para recibir asesoría, pero que lo hagan con ánimo de ser cuestionados y corregidos.

Dijo que en el caso de la hoy Glorieta de la Paz, los errores y los aciertos tienen nombres y apellidos y ellos son los arquitectos, Antonio Duarte Briceño y Yolanda Fernández, quienes aunque acudieron al Colegio, no escucharon las sugerencias o correcciones, sino nomás para tratar de granjear el apoyo que no se les dio.

–Fue una reunión larga, con muchas expectativas, nunca llega tantos socios a las reuniones, pero teníamos la impresión que nos escucharías, que podríamos proponer y participar, pero tras escuchar a varios mencionar que habría que hacer un nuevo proyecto se fueron, no quisieron escucharnos. Las consecuencias ya todos las conocemos, golpearon a ciudadanos e hicieron un adefesio–afirmó el directivo.

Pero los años han pasado y la ciudad es otra. Mérida ya está lista para el gran salto a la modernidad.

–No estoy diciendo que no se haga infraestructura, pero considero que está completa la ciudad, lo que ahora se necesita es pensar en el futuro, en digitalizar los servicios y eso sólo se logra con la inversión en la red 5G, que lo puede hacer el Ayuntamiento, por ejemplo, y entonces sí, hasta se van a olvidar del predial, porque todos querrán pagar por usar la red digital de la ciudad y eso generará recursos para las autoridades–afirmó entusiasmados.

En ese sentido, concluyó, es bueno que las actuales autoridades viajen a otros países a revisar la tecnología, pero también que logren los acuerdos para convertir a Mérida en una Smart City, lista para la supraestructura.

Texto: Esteban Cruz Obando
Fotos: Cortesía

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