Durante la temporada de Cuaresma, los locatarios del mercado “Lucas de Gálvez” registraron un repunte en la venta de pescado, aunque el incremento no alcanzó los niveles de años anteriores. Según comerciantes, algunos llegaron a vender hasta 40% más que en días normales, al superar los 100 kilogramos diarios de producto.
Felipe Loeza Aguirre, oferente con más de una década en el giro, comentó que el inicio de la Cuaresma fue prometedor, con expectativas de hasta un 15% de aumento en las ventas. Sin embargo, algunas semanas superaron lo esperado.
“Hubo días en los que nos fue bastante bien, más de lo que imaginábamos”, aseguró.
La Cuaresma ya concluyó, pero las vacaciones de Semana Santa todavía mantienen un ligero movimiento en el mercado. Loeza explicó que, tradicionalmente, los viernes de Cuaresma los fieles católicos evitan el consumo de carne roja, lo que favorece la venta de pescado y pollo.
A pesar del buen comportamiento de la demanda, el vendedor reconoció que las cifras están lejos de las registradas en años anteriores.
“Antes vendíamos el doble. Ahora la gente moderna opta por lo práctico”, dijo.
En cuanto a los precios, explicó que es normal que suban durante esta temporada debido a la veda pesquera y la consecuente escasez del producto.
“El pescado sube porque hay menos oferta y más demanda. Pasa cada año”, indicó.
Pescado frito, en picada
Por su parte, Carlos Sosa García, propietario del local “La Sirena”, especializado en pescado frito, señaló que las ventas durante la temporada fueron regulares. La inflación, dijo, ha mermado el poder adquisitivo de los consumidores, lo cual se refleja directamente en sus ingresos.
“La gente ya no compra igual. El precio del pescado sube, pero también los de la canasta básica como el tomate y la cebolla, que siempre acompañan al pescado”, comentó.
Recordó que hace apenas unos años, los viernes de Cuaresma lograba vender hasta 150 kilogramos de producto frito, mientras que ahora apenas alcanza los 40.
Además, señaló que el crecimiento de pescaderías en colonias y fraccionamientos también ha impactado al comercio tradicional del centro.
Sosa añadió que, en esta temporada, muchas personas aprovechan para vender pescado frito desde casa, lo que genera una competencia extra.
“Nosotros hemos preferido mantener los precios, aunque eso implique ganar menos. La clientela ya es muy sensible al precio”, finalizó.
Texto y fotos: Darwin Ail