Alguna vez, el “visionario director de 300”. Ahora el principal responsable de Batman v Superman y demás fracasos del “universo extendido” de DC: Zack Snyder.
La opinión pública lo ha condenado. Con cierta razón.
Aunque ambicioso, Snyder logró proveer poco más que conceptos mal ejecutados y visuales atractivas en sus últimas películas, en las cuales –aparentemente– gozó de vasta libertad creativa.
Sin embargo, la actual (des)valorización de su talento como director está más que exagerada. A pesar de sus muy evidentes fallos, Snyder se ha mostrado capaz de dirigir filmes de calidad cuando aporta su fortaleza (el estilo) a una historia que, de entrada, cubre su punto débil (la sustancia).
Véase: Watchmen. A diferencia de su trabajo en otras propiedades de DC, Snyder adaptó fielmente la aclamada novela gráfica. Concentró sus esfuerzos en la construcción de la atmósfera del filme sin entrometerse mucho con la historia, logrando así conservar y comunicar exitosamente los temas claves de la obra maestra de Alan Moore en una producción excelente tanto en lo visual como en lo sonoro.
Y, a veces, a Zack sí se le ocurren buenas ideas. Ciertamente parecen ser la excepción a la regla, pero existen. Ejemplos: sus modificaciones a la escena de la muerte del primer Nite Owl en el director’s cut de Watchmen, o la secuencia de créditos iniciales del mismo.
La cuestión es que Snyder, a pesar de sus últimos fracasos, tiene el potencial para dirigir buenos filmes. Y, como bien se dice: de los errores se aprende (si se quiere).
No lo tachemos de caso perdido… todavía.
Por Marcial Méndez*
*Estudiante de Diseño Multimedia, posmoderno y fanático del vaporwave. Dicen que es más formal de lo que su foto indica. Sí tiene novia
