En su primera visita oficial a la capital yucateca, el Nuncio Apostólico Franco Coppola acudió a la catedral de la ciudad, dialogó con el Cabildo religioso de esta sede y oró ante el Santo Cristo Negro. El enviado papal caminó por la sede del arzobispado yucateco, bendijo a fieles y sacerdotes acompañado de los Arzobispos Gustavo Rodríguez Vega y Emilio Carlos Berlie Belaunzarán.
El diplomático italiano, quien visitó esta ciudad al celebrarse el 25 aniversario de la clausura del Sínodo Diocesano, arribó a la Catedral pasadas las 10:35 de la mañana donde fue esperado por el Cabildo religioso de la Diócesis de Mérida.
De manera inmediata, el representante de la Santa Sede en México fue recibido con música y cánticos del coro de Catedral, lo que llamó la atención de decenas de turistas y fieles que aguardaron la presencia del dirigente católico en nuestro país.
El Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega acompañó al distinguido visitante para mostrarle los sitios más emblemáticos de este edificio cuatricentenario y dando las explicaciones de la construcción y algunos pormenores de las capillas, bóvedas y arquitectura.
Monseñor Coppola recibió una imagen de Cristo, la que besó y bendijo, para luego bendecir a los presentes y proceder al recorrido, el cual inició por el reclinatorio donde el Beato Juan Pablo II, oró en su histórica visita a este recinto en agosto de 1993.
Acto seguido, el Nuncio acompañado por numero grupo de medios de comunicación, los dirigentes religiosos de Yucatán y un importante número de fieles, se desplazó por el pasillo central de la catedral admirando las cúpulas, los retablos y le imponente imagen del Cristo del Amor en el altar mayor.
De manera inmediata el dirigente religioso acudió a la capilla del Cristo Negro donde se encontraba expuesto el Santísimo, en una custodia de plata. El visitante distinguido se arrodilló por varios instantes y se encomendó al Señor en esta su primera visita oficial al estado.
A su vez, Monseñor Rodríguez Vega y Arzobispo Emérito Berlie Belaunzarán daban pormenores de la imagen patrona de esa capilla y de que en ese mismo recinto se encuentran los restos mortales de importantes dirigentes de la curia local, como es el caso de su antecesor el tercer Arzobispo de Yucatán, Manuel Castro Ruiz, cuyo cuerpo permanece sepultado en la pared norponiente de dicho oratorio.
De manera inmediata, Monseñor Coppola y los arzobispos de Yucatán acudieron a la sacristía para un acto privado, donde el enviado papal se cambió su presencia y vestuario para saludar a los canónigos del cuerpo de Cabildo de la curia yucateca y firmar un libro de honor.
Posteriormente, el Nuncio atendió a los representantes de los medios de comunicación del estado para señalar que antes de venir había leído sobre distintos aspectos de la catedral de Mérida, su patrono San Ildefonso y sobre parte de las tareas que comprometen al líder religioso de la grey católica de la que dependen los obispados de Campeche, Tuxtla Gutiérrez, Villahermosa y la Prelatura Cancún-Chetumal.
Dijo sentirse muy contento de haber venido a Mérida, pues tenía la referencia de una ciudad más pequeña y con menor actividad; sin embargo, aseguró que la capital yucateca denota un vigor importante entre la población, lo que establece que es una urbe con historia y cultura.
– José Cortazar Navarrete
