En siglo y medio, cuatro generaciones mantienen las recetas de la fundadora, que aprende de los integrantes de la Orden de Benedictinos
A lo largo de más de un siglo y medio, cuatro generaciones de la familia Castillo preserva con orgullo las recetas con las que Elena Vales preparaba sus panes de manera tradicional y que se convirtieron en un referente de sabor y calidad.
El bisnieto de Elenita, Pedro Miguel Castillo Lugo, junto con su padre, el ingeniero Pedro Miguel Castillo Castellanos, nos llevaron a conocer la historia de esta panadería que comenzó sus actividades en 1865, y que ahora estrena un agradable y moderno espacio propio para disfrutar con la familia y los amigos de una experiencia muy especial.
Elena Vales Fernández, era descendiente del Alferez Real, Andrés de Vales Gallego de Ribadavia de Orense, que a fines del Siglo XVII en el oriente del estado era encomendero en varias poblaciones, como Valladolid y Tizimín, lugar en el que se asentó la familia y donde instalaron la Panadería “La Especial”.
Tanto las tías como hermanas de Elena Vales aprendieron oficios para desempeñar sus labores en el hogar entre las que se encontraba la elaboración del pan, que aprendieron de los integrantes de la Orden de Benedictinos, así es que con estos antecedentes ya se imaginará usted el sabor de los panes dulces, salados y galletas que preparaba la familia.
Lamentablemente, en medio de la Guerra de Castas un grupo de indios mayas cristianizados sitió y tomó la casa de Elenita que logró escapar llevado en brazos una imagen del Niño Jesús a la que respetaron los bélicos y permitieron que la familia saliera de la población, para que se mudará a la hacienda Tabi, que finalmente se fue a la ruina por la sequía que afectó a la zona.
Así es que la familia se mudó a Mérida, donde Elenita retomó la panadería de manera casera y es una vez que se casa con Pedro Romualdo Castillo Díaz que era un comerciante dedicado a la proveeduría de harinas, cuando se deciden iniciar de manera formal la panadería en el año de 1865, hace 154 años.
La imagen de Pan Elena Vales está muy ligada a la de una mestiza que lleva un globo en la cabeza, porque se decidió por motivos de higiene que fueran mujeres las que repartieran el pan por las calles de Mérida.
El matrimonio Castillo Vales tuvo dos hijos Elena Castillo Vales que contrajo matrimonio con Simón Cáceres Baqueiro, recordado por estar ligado a la historia de los juegos mecánicos en la entidad, y Pedro Efraín Castillo Vales, quien después de retornar del extranjero llegó con muchas ideas para promocionar la panadería hasta en las pantallas de cine, además de que a través de los ferrocarriles enviaba su producto a diferentes poblaciones del interior del estado, donde por su calidad se hizo muy conocido.
Pedro Castillo Vales, quien contrajo matrimonio con Ángela Castellanos Pérez, quien se esmeró en atender como suya la panadería que fundó su suegra Elenita, al grado que ella era conocida por el público de esta manera y fue este el momento en el que se abrieron expendios en el Edificio del Candado, en Itzimná y en el Centro Comercial que se encontraba Avenida Colón, en el Country Club antecedente del actual Club Libanés.
En el local que hasta la fecha ocupa en la calle 64 entre 55 y 53, se recordó a Ana Lucy Castillo Castellanos, integrante de la cuarta generación al igual que Pedro Miguel Castillo Castellanos, tía y padre de Pedro Castillo Lago, quien con mucha nostalgia recordó el mobiliario que hasta hace poco se podía observar en el establecimiento donde detrás de las vitrinas se encontraban las llamadas “galletas”, llenas con paquetes de biscochos y galletas de manteca, polvorones, panetelas y otras delicias que afortunadamente siguen disponibles en su renovado local, que vale la pena visitar.
Texto y fotos: Manuel Pool