A gattaca y de regreso

CARLOS HORNELAS

carlos.hornelas@gmail.com

Para mi amigo Luis. Cada año desde 1987 en Austin, Texas se lleva a cabo el South by Southwest (SXSW), un evento que integra conferencias magistrales, pláticas, películas, música, eventos interactivos y demostraciones tanto de tecnología, como de diversos tipos de productos en un período de una o dos semanas durante el mes de marzo.

Este emblemático evento marca las tendencias y temas de aquello que está en el aire en la cultura pop y en la tecnología durante el año en curso y se ha vuelto una referencia obligada por la notoriedad de sus ponentes y los avances de diversas tecnologías.

Se puede decir que la identidad de este evento es la combinación entre la innovación, la creatividad y la tecnología.

En esta ocasión llama la atención algo que parece salido de una película de ciencia ficción, particularmente de Jurassic Park. Ben Lamn, fundador de Colossal Biosciences, junto con George Church, investigador de la universidad de Harvard han conseguido presentar un ratón editado genéticamente que presenta pelo lanudo en su lomo, como el que tenían los mamuts.

Desde 2021 han recaudado más de 435 millones de dólares para poder traer de vuelta de la extinción a especies que ya no pueblan este mundo. Se han propuesto regresar al mamut, al pájaro dodó y al tigre dientes de sable, en un primer momento. El experimento con el ratón señala el éxito que han alcanzado hasta ahora.

No todo son los Modelos Largos de Lenguaje (LLM) de la inteligencia artificial generativa como ChatGPT y muchos otros que son accesibles a cualquier persona. Hoy por hoy los caminos dela tecnología están aplicando sus potencialidades a diversas áreas como en este caso, a la ingeniería genética.

En ese sentido Raymond Kurzweil, ex ingeniero de Google y uno de los futuristas más reconocidos en el mundo, ha sugerido que estamos a punto de resolver cómo hacer que el ser humano extienda su período en la Tierra y pueda vivir hasta 120 años en una primera etapa y buscar la inmortalidad en el futuro.

La nanotecnología, la inteligencia artificial y la biotecnología, en palabras de Kurzweil, harán posible la producción de nanobots que puedan curar, reemplazar o refaccionar a nivel celular, cualquier daño en nuestro cuerpo.

De acuerdo con Kurzweil, quien lleva años tratando de revivir a su padre fallecido, podríamos “revivir” a los muertos en 2030. La idea es instalar nanobots en el cerebro para extraer los recuerdos e insertarlos en un organismo cibernético en el que se pueda reconstruir su consciencia y personalidad.

Desde 2024 la empresa China, Sillicon Intelligence, ofrece su servicio de “inmortalidad digital” a sus clientes. La compañía toma las fotografías, videos y clips de audio para crear un avatar que sea capaz de interactuar con la información disponible como si se tratara de la persona viva, aunque en realidad es una simulación de ésta.

Hace un par de semanas, científicos japoneses de la Universidad de Mie y la de Fujita demostraron in vitro que se puede editar y eliminar genéticamente, el cromosoma extra que produce el síndrome de Down. El logro abre las puertas a que ésta técnica se pudiera emplear en otros trastornos cromosómicos.

¿Hasta dónde estamos llevando la Inteligencia Artificial y la tecnología? ¿Estamos usándola para evolucionar o estamos dejando de lado el componente humano para venerar a nuestro propio Prometeo moderno, como diría Mary Shelley?