Por Carlos Pérez
La semana pasada nuestro país vivió en numeroso lugares de la República marchas encabezadas por mujeres con el mensaje de frenar la violencia física, sexual y doméstica hacia el sexo femenino, no quisiera tomar posturas ante los comentarios en las redes sociales sobre lo que sucedió en esas manifestaciones, pero sí estoy seguro que la fórmula para encaminar a un país menos violento es la Educación, y no sólo la de la escuela, también la de casa, por eso tenemos que destacar el papel de la mujer en las empresas, su visión y olfato para hacer negocios y sobre todo cómo las organizaciones y la sociedad deben agradecer a las mujeres estar al frente de grandes corporativos.
“El mercado emergente más grande del mundo no es China; son las mujeres” es una declaración de Sylvia Hewlett, Presidente del Centro para la Innovación del Talento, por lo tanto el reto es desafiante, pero ha logrado inspirar a millones de mujeres; algunas datos del Inegi, OCDE y de otros organismos internacionales menciona que las mujeres empresarias aportan 37% del Producto Interno Bruto (PIB), por cada 10 hombres que inician un negocio 8 mujeres también lo hacen; de cada 100 mujeres que solicitan un préstamo 99% salda su deuda; el 87% de las empresas tienen al menos una mujer en alta dirección; sin embargo, también hay datos en contra, por ejemplo 6 de cada 10 trabajadoras renuncian cuando son madres, el 80% de los ejecutivos considera que ser madre es una barrera en los negocios, que la brecha salarial es muy grande entre hombres y mujeres, con estos datos podemos analizar en el ámbito empresarial cuál es el camino adecuado a seguir en las empresas.
Según Cecilia Ricardez del sitio electrónico Disruptivo son 7 los impactos de la mujer en las empresas: primero, la mujer en una organización impacta en el crecimiento; segundo, las mujeres generan más innovación; tercero, a mayor liderazgo femenino mayor rentabilidad; cuarto, más mujeres emprendedoras; quinto, mantener a la mujer en la economía emergente; sexto, realizar medidas para ayudar a la mujer y séptimo la paridad económica de género. Estas son algunas de las bondades y retos para los líderes actuales, y que dejan hoy día muchas interrogantes, entre las que quiero destacar una que dejo hoy a los empresarios lectores: ¿qué estamos haciendo en nuestra empresa para posicionar a la mujer?
